1 / 12
2 / 12
3 / 12
4 / 12
5 / 12
6 / 12
7 / 12
8 / 12
9 / 12
10 / 12
11 / 12
12 / 12

El río Cauca es uno de los dos afluentes más importantes del país. De él dependen muchas familias que tienen su vida atada a sus aguas. Por eso es tan importante la declaratoria del río como víctima del conflicto armado, lo cual trajo consecuencias no solo para el afluente sino para todas las comunidades que conviven a lado y lado de él. Foto: JEP.
El río Cauca dejó de ser fuente de limpieza, purificación y cómplice de comadreos para los colombianos de más de 180 municipios que viven a lo largo de su ribera. La conexión se perdió en el momento que el río pasó de ser fuente de vida a un instrumento para desaparecer a las víctimas. Foto: JEP.
El río ancestral, poderoso y sabio, recorre más de 900 kilómetros desde su nacimiento hasta su encuentro con el río Magdalena. La declaratoria como víctima protege a todas sus comunidades y busca rescatar la verdad de lo que ocurrió en sus aguas durante el conflicto armado. Foto: JEP.
La vida cotidiana está entrelazada con el río. Nada pasa sin que pase por el río pues, así sus aguas no lo toquen, sí lo nutren, lo transportan o lo protegen. Foto: JEP.
Ancestralmente, el medio de transporte de las comunidades negras ribereñas han sido las balsas y las canoas, usadas para vender sus productos agrícolas en Cali con el fin de conseguir el sustento de sus familias. Foto: JEP.
El río fue utilizado como fosa común. Entre los años 2000 y 2004 se desplegó una conducta sistemática permitida por la fuerza pública, y realizada por grupos paramilitares, que consistió en asesinar personas y arrojarlas al Cauca con la intención de que nunca pudieran ser encontradas por sus seres queridos. Foto: JEP.
Las comunidades se han unido para proteger y restaurar la vida alrededor del río. Tanto los pueblos afro como los indígenas tienen una estrecha relación con el Cauca y por eso su interés de que fuera protegido por medidas especiales como las adoptadas por la Jurisdicción Especial para la Paz. Foto: JEP.
Los actos y rituales de sanación para el río fueron una parte fundamental del acto de reconocimiento del río Cauca como víctima, realizado por la JEP y en el que participaron líderes y comunidades de La Balsa, en Cauca. Foto: JEP.
La comunidad que circunda el río Cauca llevaba años esperando para empezar a reconciliarse con este afluente y acercarse a él en búsqueda de sanación, esa que perdió cuando la violencia lo contaminó y rompió con las prácticas de pueblos ancestrales indígenas y afrodescendientes, cuya armonía fluye con el agua del río. Foto: JEP.
Las aguas apacibles y pardas guardan verdades de los crímenes cometidos durante el conflicto armado. Esa es la verdad que se busca con la declaratoria del río como víctima por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz. Foto: JEP.
Notificar a las comunidades ribereñas fue darle la bienvenida a una etapa de reconciliación entre el río y la comunidad. Foto: JEP.
En los rituales de sanación, que hicieron parte de todo el evento de reconocimiento del río Cauca como víctima, participaron magistrados, víctimas y la comunidad en general que habita el territorio que surca este afluente. Foto: JEP.