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A escasos metros de uno de los embalses que provee de agua al sur de Bogotá, el de Chisacá -en el suroccidente de la localidad Usme- una cuarentena de comparecientes de la JEP empezó sus labores de erradicación manual de una de las especies invasoras de los andes colombianos: el retamo espinoso. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Esta erradicación se da en el marco del proyecto restaurativo ‘Siembras de Vida’ de la JEP. El abordaje empezó con la delimitación de espacios de hasta 300 metros cuadrados. Estos, a su vez, hacen parte de las quince hectáreas que los comparecientes intervendrán en los próximos meses. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
El retamo espinoso es una planta invasora que fue introducida en Colombia hace medio siglo, aproximadamente. Su fácil y rápida propagación pronto se convirtió en un problema para las especies nativas, pues se multiplicó por las montañas de los Andes colombianos e impactó negativamente el ecosistema. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Una vez están en el polígono delimitado para trabajar, los comparecientes se dividen en subgrupos para abordar en simultánea la mayor cantidad posible de terreno. El trabajo se hace manualmente. También se usan herramientas tales como: machetes, picas, palas, azadones, entre otros. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Debido a la dificultad de los terrenos empinados y resbaladizos, los comparecientes tuvieron que abrir caminos entre los setos del retamo espinoso para moverse. Con equipos de seguridad industrial tales como botas, sombreros, overoles y guantes de carnaza, abordan el terreno en el que trabajan hasta cinco horas al día. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
La primera fase incluye el trabajo con palas y azadones. Con estas herramientas ‘limpian’ el terreno y exponen una hoja de ruta para erradicar posteriormente el retamo espinoso. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
En varios puntos del polígono, los comparecientes deben operar aquellas herramientas entre las matas, espinas y raíces de esta especie invasora. Fue traída al país desde Europa con la intención de crear ‘cercas naturales’ para delimitar los terrenos. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
La Oficina Asesora de Monitoreo Integral de la Secretaría Ejecutiva de la JEP y Naciones Unidas apoyan la recolección de datos del trabajo y seguimiento del trabajo de los comparecientes en el terreno, día a día. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Tan pronto como la raíz del retamo espinoso es extraída, los comparecientes la recortan con machetes para manipularlos fácilmente. Luego apilan el retamo en un terreno para su posterior embalaje y almacenamiento. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
(De izq. a der.) El coronel (r) Edie Pinzón Turcios, máximo responsable del Caso Ilustrativo de Dabeiba; el teniente coronel (r) Henry Hernán Acosta Pardo, máximo responsable del Subcaso Casanare; y el mayor (r) Gustavo Soto Bracamonte, máximo responsable del Subcaso Casanare de la JEP hacen parte del grupo de comparecientes de la fuerza pública que integran el proyecto ‘Siembras de Vida’. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
En medio de las intensas jornadas de trabajo, los comparecientes se dividen labores de utilería y logística. Una de estas consiste en transportar el agua que consumen para mantenerse hidratados. El terreno está situado a los 3.100 metros sobre el nivel del mar y hace parte del corredor Chingaza Sumapaz. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Los polígonos de trabajo están demarcados con una polisombra para evitar que la semilla del retamo espinoso, una vez su raíz es extraída manualmente, se propague a otros espacios y retoñe la especie invasora. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Cuando los espacios son de difícil acceso, los comparecientes se reparten en parejas para avanzar con mayor precisión en la erradicación del retamo espinoso. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Si el sitio donde fue erradicado el retamo espinoso es plano y no tiene otras especies nativas, los comparecientes usan rastrillos para prepararlo para la inclusión de semillas y árboles en el futuro. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP
Una vez organizado el remanente de esta especie invasora, se agrupa en bolsas negras plásticas para que posteriormente sea transportado a otro terreno donde será procesado por la autoridad ambiental competente. Foto: Juan Camilo Velandia A. | JEP