​nota de prensa 

JEP y organizaciones étnicas construyen confianza para que haya justicia y verdad para las víctimas


  • “Se garantiza la participación, ha habido espacio para las víctimas y la JEP confía en las autoridades indígenas para que se defina cómo se participa y cómo se escucha a los comparecientes", dijo un integrante del Programa Defensa de la Vida y los Derechos Humanos, del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
  • “Esperamos que pueda haber un cambio que permita lograr la paz, y eso pasa porque haya justicia, verdad y reparación", expresó Clemencia Carabalí Rodallega, de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (Asom).

Bogotá, 1 de junio de 2021. “La JEP es una institución nueva que entre todos debemos ir consolidando: magistrados, sociedad civil, víctimas. Esperamos que pueda haber un cambio que permita lograr la paz, y eso pasa porque haya justicia, verdad y reparación". Así lo expresó desde Buenos Aires (Cauca), Clemencia Carabalí Rodallega, integrante de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (Asom), organización que ha trabajado con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el Caso 05, que prioriza la situación territorial en la región del norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca.

Asom hace parte de las organizaciones pertenecientes a los cinco grupos de víctimas acreditadas en el caso: indígenas, afrodescendientes, campesinos, organizaciones sociales no étnicas ni campesinas y víctimas individuales. No obstante, no es el único caso especial de la JEP en el cual se hace un trabajo dirigido a grupos étnicos. Desde cada macrocaso ha habido acercamientos y encuentros con las comunidades étnicas y campesinas.

En el Caso 05, la primera reunión se llevó a cabo en Cali en septiembre de 2019, donde se socializaron los objetivos de la JEP, los avances del caso, se realizaron notificaciones con pertinencia étnica y racial, y se empezó a obtener información de las comunidades. Este trabajo de la Jurisdicción se inició ese año con la consulta previa que concertó un protocolo de relacionamiento entre las autoridades y los pueblos indígenas. Así, se afianzaron confianzas para construir metodologías que ayudaran a la institución, a las víctimas y a las autoridades.

“Es algo que no se había dado con ninguna otra institución del Estado y el proceso está surtiendo efecto. Se garantiza la participación, ha habido espacio para las víctimas y la JEP confía en las autoridades indígenas para que se defina cómo se participa y cómo se escucha a los comparecientes", explica un integrante del Programa Defensa de la Vida y los Derechos Humanos, del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

Concertación para trabajar desde la virtualidad

La pandemia del coronavirus Covid-19 no ha evitado el desarrollo del proceso en 2020 y 2021. De manera virtual, la JEP ha estado recogiendo información de las víctimas y comunicándoles sus decisiones, basadas en su realidad, es decir, que las actuaciones están orientadas a la satisfacción de sus derechos.

Debido a que por el Covid-19 las autoridades indígenas ya habían establecido directrices para evitar que personas ingresaran a sus territorios, se concertaron escenarios de participación virtual. “Normalmente cuando una institución del Estado va a realizar un trabajo define cómo va a trabajar con la comunidad y no hace un trabajo previo para conocer las realidades de las comunidades, y luego determinar las acciones para intervenir. En este caso es diferente, porque antes de desarrollar una acción se conversa, se concerta y se desarrolla. Es algo muy positivo que tiene la JEP", anota el líder del CRIC, quien agrega que esta metodología nunca se había dado con ninguna otra institución del Estado, lo que garantiza participación y espacio para las víctimas: “La JEP confía en las autoridades indígenas para que se defina cómo se participa y cómo se escucha a los comparecientes".

Por su parte, Clemencia Carabalí comenta que al principio “hubo víctimas que no querían hablar, sentían miedo. Era algo normal, porque no sabíamos a qué nos íbamos a enfrentar. Hubo temor de algunos, porque pensaban que ellos (los comparecientes) en la videollamada los estaban viendo, pero todo eso se fue superando a medida que se iban desarrollando las audiencias".

En la búsqueda de la verdad se han enfrentado fenómenos criminales, como la eliminación de los firmantes del Acuerdo de Paz. “Hace pocas semanas asesinaron a uno en el Cauca, quien era compareciente ante la JEP. Esa falta de garantías para ellos se convierte en una talanquera para nosotros, en el proceso de la búsqueda de la verdad", comenta Clemencia.

También señalan que los incumplimientos respecto al Acuerdo de Paz no contribuyen a la no repetición de hechos que han afectado a sus territorios por más de 50 años. Dicen que buscan justicia sobre quienes actuaron tanto material como intelectualmente, “aunque lo vemos lejos por la falta de voluntad política por reconocer responsabilidades. El tema de los empresarios lo vemos empañado, así como el de los militares, aunque ha habido algunos avances", dice la líder de Asom.

Confianza en la labor de la JEP

La JEP empezó trabajando con dos organizaciones indígenas: en el Cauca, con el CRIC, y en el Valle, con Orivac, que reúnen a 45 resguardos y cabildos. Asimismo, con la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (Aconc), las organizaciones campesinas Anuc y Fensuagro y otras de Caldono, y con organizaciones no étnicas ni campesinas, como las de mujeres, LGTBI y pensionados.

Por parte de la Jurisdicción han participado los equipos de dos magistrados y equipos de la Secretaría Ejecutiva, como el Departamento de Atención a Víctimas y el Departamento de Enfoques Diferenciales.

En la actualidad, se están recibiendo las observaciones de las víctimas sobre las versiones rendidas por los comparecientes y se pasará a la emisión del documento de determinación de hechos y conductas, para luego emitir la resolución de conclusiones y continuar con el proceso.

Clemencia Carabalí asegura que desde la Asom ha habido confianza en la JEP y en la Comisión de la Verdad, porque son herramientas creadas en el Acuerdo de Paz y saben que ellas, las víctimas, pueden incidir para visibilizar las afectaciones sufridas en el marco del conflicto armado.

De la JEP esperan justicia, reducción de la impunidad en cuanto a lo sucedido en sus territorios, porque esto, de alguna manera, reivindica los procesos organizativos de los pueblos indígenas y afrodescendientes en el Cauca que siempre han sido estigmatizado por la presencia de actores armados en la zona. “Es un proceso de construcción de confianza que esperamos dé buenos resultados. Es algo que se construye con el tiempo", concluye el dirigente del CRIC.​


* Este es artículo es elaborado como parte del convenio de apoyo a la JEP, del Centro Internacional de Justicia Transicional con recursos de la Unión Europea.