​​“Nosotros también somos Colombia y merecemos una segunda oportunidad”, dicen víctimas de reclutamiento 

Una veintena de mujeres y hombres, que cuando eran menores de edad fueron reclutados por grupos armados al margen de la ley, expresaron su apoyo irrestricto a la paz de Colombia y pidieron perdón a las personas que afectaron durante sus años en la guerra.

“Yo, personalmente, le aporto a la no repetición (de los hechos delictivos) porque me gustaría que la juventud y la niñez de nuestro país no tuviese que pasar por esto" del conflicto armado, dijo Deivi Domingo Riscanevo, quien cuando tenía nueve años fue reclutado en Arauca por el rebelde Ejército de Liberación Nacional o ELN.

En concepto de Riscanevo, “de todo lo que se vivió (en los cuatro años que permaneció en el mencionado grupo guerrillero) hay una ganancia y es que uno sale con una experiencia diferente para ser una persona diferente".

Riscanevo ofreció sus puntos de vista durante un encuentro de tres días –con hombres y mujeres que de niños fueron víctimas de reclutamiento– que fue organizado en un hotel del occidente de Bogotá por la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP.

“Estoy completamente de acuerdo con los procesos de paz" que suscribió el gobierno con las FARC y los que eventualmente puede sellar con el ELN y otros grupos al margen de la ley, agregó el otrora subversivo, hoy de 30 años.

“Con cualquier cosa que sirva para la paz, y para que delitos como este (o el de reclutamiento) no se sigan cometiendo, estoy de acuerdo", añadió.

Por último, Riscanevo no dudó en afirmar que “si en algún momento –como integrante del ELN– le hice daño a alguna persona, me excuso de corazón" porque “mi alma necesita de ese descanso".

En tanto, Aldemar (*) fue reclutado por paramilitares en la conflictiva región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander.

Durante dos años, los ilegales de extrema derecha lo obligaron a patrullar en los municipios de Convención, Hacarí, Teorama, San Calixto, El Tarra y Tibú. En ese entonces era un niño. Hoy tiene 34 años.

“Yo creo en los procesos de paz porque son un cambio tanto para nosotros que vivimos el conflicto en carne propia, como para el país y las familias colombianas. No conozco una sola familia que no haya sido tocada por el conflicto", aseguró.

Aldemar, al igual que Riscanevo, pidió perdón por los hechos en que participó en las filas paramilitares.

Por eso no dudó en subir el tono de sus palabras para decir que “yo les pido perdón a todas las personas que pude haber afectado. Eso sí, tengo mi conciencia tranquila de que nunca empuñé un arma para asesinar a alguien. Claro, el solo hecho de haber cargado un brazalete de las AUC (o las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia) es ya un problema".

Finalmente, con la voz un tanto entrecortada, Aldemar le envió un sentido mensaje al país: “Que nosotros también somos Colombia y que merecemos una segunda oportunidad. Necesitamos que nos crean. Nosotros también le podemos aportar a la sociedad".

El último turno fue para Natalia (*). Ella tiene actualmente 29 años y es de Trujillo, Valle del Cauca.

Natalia fue reclutada por las hoy pacificadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, en junio de 2005. Tenía solo 12 años.

“Estoy de acuerdo con los procesos de paz. Pero eso sí: me gustaría que no solo se escuche a los victimarios, sino también a quienes fuimos víctimas", opinó Natalia, madre de dos chicos de 11 y ocho años.

Sin dudarlo un segundo, Natalia también sacó un momento para quienes de una u otra forma resultaron afectados con sus acciones.

“Pido perdón porque sé que hice daño, pero también les pido a esas personas que comprendan que en ese momento era una niña", enfatizó Natalia, quien permaneció tres años en las filas guerrilleras.

Sobre la Jurisdicción Especial para la Paz, Natalia comentó que “me han tratado muy bien. Siento que promueve espacios donde tú puedes hablar y, sobre todo, no te juzgan".

Para Pilar Rueda, asesora del Director de la Unidad de Investigación y Acusación en temas de Género, el balance de los tres días del taller con víctimas de reclutamiento fue muy positivo porque “empezamos a hablar con ellas sobre macro victimización, que es la nueva fase que iniciamos" en la entidad.

Adicionalmente, dijo, “quedó muy claro cómo están de empoderados y empoderadas" las víctimas del crimen de reclutamiento.

“Lo importante es que ellos y ellas tengan su propia voz para poder hablarle directamente a la sociedad. La sociedad tendrá que reconocerlos y reconocerlas como víctimas y personas que están comprometidas con la paz", concluyó la funcionaria.

El evento contó con el apoyó de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, una organización sin ánimo de lucro que reúne a varios cientos de mujeres que fueron víctimas de delitos sexuales con ocasión del conflicto armado.​

 (*) Aldemar y Natalia pidieron que, por razones de seguridad, sus identidades completas no fueran publicadas en este artículo.