​Nota de prensa

 JEP conmemora el Día de la Diversidad Étnica y Cultural en Colombia a través de Sanciones Propias que atienden a las afectaciones diferenciadas sufridas por los Pueblos y Comunidades Indígenas, Negras, Afrocolombianas, Raizal, Palenquera y Rrom (Gitanos)

La JEP rinde hoy, 12 de octubre, un homenaje a la resistencia de los pueblos y comunidades Indígenas, Negras, Afrocolombianas, Raizal, Palenquera y Rrom (Gitanos), en defensa de los territorios, y la diversidad étnica y cultural, así como por su valioso aporte histórico a la construcción de paz en el país. 

Esta resistencia, que se expresa a través de su espiritualidad, cultura, sistemas de conocimiento ancestral y de justicia propia, y el ejercicio del gobierno propio, ha sido fundamental en la implementación de la Justicia Transicional Restaurativa. El diálogo intercultural y la articulación interjurisdiccional e interjusticias han permitido formular sanciones que respondan a las afectaciones colectivas sufridas por estos pueblos y comunidades.

La JEP reconoce la afectación diferenciada y desproporcionada que el conflicto armado causó a  los pueblos y comunidades étnicas y avanza en su compromiso de investigar, juzgar y sancionar a los máximos responsables de esta victimización. 

La centralidad de los pueblos y comunidades étnicas en las primeras sentencias de la JEP
En la sentencia restaurativa emitida por la Sección de Reconocimiento de Verdad contra 12 comparecientes del Batallón de Artillería No. 2 ‘La Popa’, quienes aportaron verdad y reconocieron responsabilidad por asesinatos y desapariciones forzadas presentadas ilegítimamente como bajas en combate en la Costa Caribe, la JEP dio un lugar central a las víctimas de los pueblos y comunidades Indígenas y Afrocolombianas.

La decisión judicial concluyó que el patrón de macrocriminalidad y las modalidades documentadas generaron una victimización diferenciada contra:

Pueblos Indígenas: En este caso se constató que la victimización estuvo dirigida contra personas de los pueblos Kankuamo y Wiwa. La persecución se configuró a partir de la estigmatización de los pueblos y sus autoridades que fueron señaladas de ser guerrilleros para justificar los crímenes cometidos en su contra, lo que conllevó a la privación intencional y grave de sus derechos fundamentales. Los crímenes causaron daños no solo en el mundo físico y comunitario, sino también en el mundo espiritual de cada pueblo. Las afectaciones fueron mucho más allá de cada víctima directa y su familia: la pervivencia, la vida en comunidad y derechos colectivos de estos pueblos también se vieron duramente golpeados. 

Pueblos Afrocolombianos:  En esta decisión se reconocieron las afectaciones sufridas por los pueblos y comunidades afrodescendientes, especialmente por el Consejo Comunitario Kusuto MaGende y el Consejo Comunitario José Prudencio Padilla. La JEP constató que estas comunidades experimentaron daños colectivos y socioculturales que trascendieron el ámbito individual, reflejados en afectaciones a la vida en familia extensa y en comunidad, a la organización comunitaria per se y a sus sistemas de vida tradicionales. También se evidenció el impedimento para realizar rituales funerarios de despedida y de sanación espiritual, así como restricciones de oportunidades económicas y medios de subsistencia. De conformidad con la sentencia emitida, lo anterior, sin duda alguna, lesionó la identidad colectiva y debilitó profundamente el tejido social de estas comunidades.

La sentencia busca ser también un acto de reconocimiento público y una herramienta para la no repetición, además de sustentar con rigor los hechos y el daño diferenciado y desproporcionado.

Sanciones restaurativas con enfoque étnico racial
Al adoptar estas decisiones, la JEP impuso Sanciones Propias con enfoque étnico racial, asegurando que la justicia responda de manera pertinente a las realidades de los pueblos y las comunidades victimizadas.  Estas sanciones se materializan en Trabajos, Obras o Actividades Reparadoras y Restauradoras (TOAR) que realizarán lo comparecientes y que buscan atender directamente las afectaciones colectivas sufridas

  • Para el Pueblo Wiwa: Se estructuró el Centro Integral Cultural y de Memoria OMONAPA, orienta la conservación cultural, la dignificación, la recuperación del buen nombre y del territorio.
  • Para el Consejo Comunitario José Prudencio Padilla: Se estructuró la construcción de la Casa Cultural Nelson Enrique Romo Romero, concebida como un espacio para la memoria, el fortalecimiento de la vida comunitaria, el apoyo psicosocial y el desarrollo de actividades formativas y artísticas.
  • Para el Pueblo Kankuamo: Se estructuraron proyectos como el ‘Centro de armonización para el buen vivir de las familias del Pueblo Kankuamo’ que buscan reparar las afectaciones causadas por la estigmatización y el rompimiento del tejido social, fortaleciendo su derecho propio y prácticas de gobernanza indígena.


Para la estructuración y formulación de los TOAR, en los que 12 comparecientes deberán trabajar para cumplir sus sanciones, la Sección de Reconocimiento de Verdad incluyó metodologías y prácticas restaurativas con enfoque diferencial y étnico, como encuentros dialógicos, rituales de limpieza, sanación y armonización desde los saberes de los pueblos y comunidades indígenas y afrocolombianos. El proceso incluyó la participación de los comparecientes de la fuerza pública y las autoridades indígenas y afrocolombianas como representantes de sus comunidades.

A través de la imposición de estas Sanciones Propias, la JEP cumple su misión de sancionar los crímenes graves y exigir la contribución a la restauración de los daños ocasionados, con enfoques diferenciales por parte de los responsables, para garantizar el derecho de las víctimas a la justicia, la verdad y la reparación.

La JEP reafirma su compromiso con el reconocimiento y la protección de la dignidad de los pueblos y comunidades Indígenas, Negras, Afrocolombianas, Raizal, Palenquera y Rrom (Gitanos), quienes, a pesar de sufrir una victimización grave, diferenciada y desproporcionada, así como profundas afectaciones a la vida comunitaria, continúan resistiendo y preservando su cultura, sus saberes tradicionales y sus formas de gobierno propio.