El torneo de
China
Camilo Andrés Causil Salcedo
Riosucio, Chocó

Hay una vereda de Colombia en donde los atardeceres son muy hermosos, donde hay grandes potreros y mucha ganadería, muy cerca de un pueblo donde hay mucha prosperidad; allí la gente pasa la tarde en los cardizos de las casas para recibir la brisa junto a los jardines que son muy bonitos y llenos de colores. En esa vereda vivían dos hermanos muy queridos que nunca se han peleado, uno de ellos se llama Yason, el otro se llama Maec; los dos tenían 14 años y eran los mejores hermanos del mundo.

El sueño de ambos era volverse karatecas, sus padres, aunque no tenían mucho dinero, siempre los apoyaron y pudieron mandarlos a la ciudad para entrenar y cumplir su sueño. Después de dos años difíciles, se convirtieron en karatecas profesionales y salían a participar en muchos torneos a nivel internacional y nacional, con el dinero que ganaban ya estaban ayudando a mejorar la vida de sus padres.

Un día fueron invitados a un torneo que se iba a celebrar en China, era el torneo más importante de la historia del karate. Yason y Maec empezaron a entrenar como nunca, estuvieron entrenando durante un año, estaban muy ansiosos por participar y por ganar tan importante torneo, ya casi no tenían tiempo de compartir como hermanos y no volvieron a visitar a sus padres en la vereda.

Yason y Maec tenían que enfrentarse en un torneo de eliminación y solo uno de los dos podría ir al torneo de ese país tan majestuoso. Ellos estaban muy tensos, ese día llegaron al coliseo y estaba lleno de gente que los esperaba con muchos aplausos, también estaban sus papás que se sentían muy orgullosos.

Cuando estaban en pleno combate, Maec, en su afán de vencer a su contrincante, cometió una falta grave: le lanzó una patada muy fuerte en el estómago, Yason voló por los aires y luego cayó malherido, tenía tanto dolor que no se podía levantar, los paramédicos se lo llevaron de inmediato para el hospital y Maec fue descalificado de la competencia.

Maec se asustó mucho, por nada del mundo quería perder a su hermano. Fue corriendo al hospital y le pidió perdón diciendo: “Perdóname por pegarte tan fuerte” y Yason le respondió: “Sí, con todo gusto te perdono hermano de mi vida” y llegaron sus papás y todos se dieron un gran abrazo y aprendieron que es mejor la amistad que ganar el torneo más importante de la historia.

Fin.