​COMUNICADO SISTEMA INTEGRAL PARA LA PAZ (JEP, CEV, UNIDAD DE BÚSQUEDA) 


Sistema Integral para la Paz inicia la entrega digna de víctimas del conflicto armado en Samaná, Caldas

 

  • Con este primer acto solemne la familia de Francisco Javier Buitrago Quiceno concluyó 15 años de incertidumbre sobre la suerte de su ser querido.
  • En octubre de 2020 la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas –UBPD- había recuperado el cuerpo de Javier, después de que la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- decretara medidas cautelares para proteger el cementerio de San Agustín de Samaná (Caldas), donde se podrían hallar los cuerpos de víctimas de desaparición forzada.
  • En septiembre de 2021 durante la audiencia de la JEP de seguimiento a las medidas cautelares, la UBPD y el Instituto Nacional de Medicina Legal informaron sobre la identificación de cinco de los cuerpos hallados en el cementerio, que este fin de semana empezaron a ser entregados a sus familias.
  • La búsqueda de la familia venía siendo acompañada y apoyada por las organizaciones Fundecos; Cedat, de la Universidad de Caldas; Equitas y Movice - Capítulo Caldas.

Samaná, Caldas, 07 de marzo de 2022. Para la familia Buitrago Quiceno concluyeron más de 15 años de incertidumbre sobre la suerte de Javier. Este fin de semana, en un acto solemne que se llevó a cabo en la cabecera de este municipio del oriente de Caldas, sus padres, hermanos, tíos y amigos le pudieron dar digna sepultura a este joven de 21 años, quien fue privado de la vida en circunstancias relacionadas con el conflicto armado.

 

La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas –UBPD-, en articulación con la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP-, y con el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil Fundecos*, Cedat*, Equitas* y Movice*, entregaron dignamente el cuerpo de Javier, recuperado en octubre de 2020. La identificación fue posible gracias a la información suministrada por la familia, lo que le permitió al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses desarrollar análisis que llevaron a su plena identificación y a determinar las causas de su muerte.

 

Durante la entrega digna el Sistema Integral para la Paz, bajo el liderazgo de la Unidad de Búsqueda, reconoció a la familia su valentía, persistencia y dignidad, así como sus esfuerzos, disposición y facilitación para la recolección de la información; presencia al momento de la recuperación del cuerpo y todos los aportes que contribuyeron a alcanzar este resultado.

 

El papá de Javier, un hombre de 94 años; la mamá, de 62 años, hermanos y hermanas y tío han vivido el desplazamiento forzado, así como la desaparición de otros dos hijos, de los que aún hoy no tienen noticias, lo cual les ha enfrentado a condiciones de precariedad socioeconómica, quebrantos de salud física y emocional.

 

La entrega digna estuvo precedida de encuentros donde se explicaron los resultados de los análisis técnico-científicos realizados al cadáver de Javier, espacios que permitieron comprender e incorporar las necesidades y expectativas de la familia Buitrago Quiceno. Este acto, además de responder a la verdad de esta familia, incentiva a la sociedad colombiana para contribuir en la búsqueda de las personas desaparecidas. La Unidad de Búsqueda ha construido a hoy un universo inicial de 99.235 personas que fueron dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado.

 

En la región del Magdalena caldense, la JEP ordenó proteger cinco cementerios donde se podrían hallar víctimas de desaparición forzada. En cumplimiento de estas medidas cautelares, los expertos profesionales de la UBPD han recuperado 24 cuerpos del cementerio San Agustín de Samaná, que fueron entregados a Medicina Legal entre el 26 de octubre y el 9 de noviembre de 2020.  Precisamente, durante la audiencia de seguimiento a las medidas cautelares, realizada por la Jurisdicción en septiembre de 2021 en este municipio, ambas instituciones informaron la identificación de cinco de los cuerpos. Uno de ellos correspondió al de Javier.

 

Estas acciones humanitarias, junto con otra serie de relatos, cartografías, posibles puntos de disposición de cuerpos y su propia investigación extrajudicial, hacen parte del Plan Regional de Búsqueda del Magdalena Caldense de la UBPD, que aborda un universo inicial de 1.091 personas desaparecidas en los municipios de Samaná, Norcasia, Victoria y La Dorada, en el periodo de 1965 a 2014.

 

Una, de cinco entregas dignas

 

A Javier lo recuerdan sus seres queridos y amigos como un joven agricultor, amante del fútbol y de la música. Le gustaba la pesca, cuidar los animales del campo y preocuparse por el bienestar de su padre, madre y hermanos menores. En medio de distintos momentos que permitieron honrar su memoria y darle una despedida de acuerdo con sus convicciones religiosas, participaron don Francisco, el papá; doña Rosa, la mamá; cinco de sus ocho hermanos, un tío y otros miembros de su núcleo familiar.

 

Para realizar la entrega digna del cuerpo de este joven de 21 años, que contó con el respaldo de la Agencia de Cooperación Catalana y el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-, fue relevante el proceso que garantizó la participación activa de la familia y de las organizaciones; y el compromiso de instituciones y autoridades locales, entre estas la Alcaldía de Samaná.

 

“Es el momento de honrar a Francisco Javier como ser humano, lo que hace quince años no fue posible. Este esfuerzo ha sido de la familia: ellas y ellos insistieron en saber qué fue lo que pasó. Es el momento para reconocer este trasegar de quienes buscan. Tantos años de búsqueda, casi sin esperanza, les hacen perder la perspectiva de lo mucho que han aportado. Su persistencia hasta encontrar a Francisco Javier nos ratifica que es necesario alzar la voz por todas las víctimas de desaparición de este país. El Estado debe responder a esa obligación de buscar", afirmó Luz Marina Monzón Cifuentes, directora general de la Unidad de Búsqueda. 

 

Por su parte, el magistrado auxiliar de la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad de la JEP Juan Carlos Arias Duque coincidió en que justamente a partir de la insistencia de las familias y de las organizaciones sociales “el Estado tuvo que organizarse para responder a las demandas de las víctimas, en particular proteger los lugares donde se encuentran sus parientes", lo que dio lugar a las medidas cautelares decretadas por el alto tribunal y que en este caso en particular protegen al cementerio San Agustín.  “Los restos que yacían en la bóveda 43 del cementerio ahora tienen nombre: Francisco Javier Buitrago Quiceno", concluyó.