COMUNICADO 175
Diecisiete comparecientes de la fuerza pública realizan acción para dignificar la memoria de joven de Soacha presentado como falsa baja en combate
- Los diecisiete comparecientes de la fuerza pública, quienes ya habían hecho aportes de verdad y reconocido públicamente su responsabilidad, adecuaron la tumba de Julián Oviedo Monroy, joven de Soacha engañado y presentado como supuesta baja en combate en Ocaña, Norte de Santander, en 2008.
- En la acción restaurativa los comparecientes también expresaron palabras de reconocimiento y de dignificación de Álvaro David Terán, otra víctima que asesinaron y presentaron como supuesta baja en combate en Bucarasica, Norte de Santander, en 2008.
- Esta acción restaurativa y simbólica se realiza en el marco de la Ruta No Sancionatoria de la JEP, con comparecientes que no han sido seleccionados como máximos responsables por su participación en estos crímenes, quienes buscan resolver su situación jurídica de forma definitiva.
Bogotá, 26 de noviembre de 2024. Diecisiete comparecientes de la fuerza pública que participaron en el asesinato del joven de Soacha, Julián Oviedo Monroy, realizaron un acto restaurativo de adecuación de su tumba en un cementerio ubicado al sur de la capital del país. La ceremonia se llevó a cabo en presencia de la madre de Julián, la madre de Soacha Blanca Nubia Monroy, su hermana Maryerly Oviedo, de la magistratura de la JEP y de la Procuraduría.

El acto inició con una eucaristía en aplicación de las creencias y la tradición religiosa de la familia de Julián Oviedo. Allí, con unas palabras de apertura del acto, el magistrado Mauricio García Cadena, de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, resaltó la importancia de acompañar estas acciones con carácter restaurativo y de medidas de satisfacción “como componente simbólico y social, para la recuperación de la memoria y la dignidad de las víctimas”, dijo.
El magistrado García apuntó que estas medidas de satisfacción pueden ser de diferente naturaleza, pero “son fundamentales en la construcción de una paz sostenible, pues implican el reconocimiento público del sufrimiento de las víctimas, la revalorización de la memoria histórica y la garantía de no repetición”.

Julián Oviedo Monroy fue asesinado el 3 de marzo de 2008 en Ocaña, Norte de Santander, y, luego, presentado como falsa baja en combate que supuestamente pertenecía a un grupo armado ilegal. Por estos hechos ya reconocieron responsabilidad ante la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP 11 máximos responsables, entre ellos 10 miembros de la fuerza pública, incluido un general en retiro y un civil, en audiencia de reconocimiento llevada a cabo en Ocaña, en abril de 2022.
Ahora, a través de la Ruta No Sancionatoria de la JEP, los partícipes en estos hechos que no fueron seleccionados como máximos responsables por este crimen, son quienes se encuentran en el proceso de aportar verdad, reconocer responsabilidad y participar en acciones que restauren el daño causado, para resolver su situación jurídica de forma definitiva y reintegrarse a la sociedad como sujetos que contribuyan de forma positiva al país.

Estos diecisiete comparecientes, a partir de junio de este año, fueron convocados por la subsala Catatumbo, de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, a una serie de audiencias de contrastación de aportes de verdad y a una audiencia pública de seguimiento al régimen de condicionalidad, llevada a cabo el 30 de julio. En esta diligencia, los diecisiete comparecientes, que pertenecieron al Batallón de Infantería No. 15 ‘General Francisco de Paula Santander’ (BISAN), presentaron un relato detallado de su participación en el asesinato de Julián Oviedo, como también de Álvaro David Terán, cometido en Bucarasica, Norte de Santander, el 12 de abril de 2008. Adicionalmente, los comparecientes reconocieron públicamente su responsabilidad y pidieron perdón a los familiares de las víctimas, así como a la sociedad en general.
En dicha audiencia del 30 de julio, la señora Blanca Nubia Monroy, tuvo la primera interacción pública con quienes perpetraron directamente el crimen que acabó con la vida de su hijo Julián, quien solo tenía 19 años. "Muchachos, aquí tienen una mamá adoptiva, yo le pido a Dios que los cuide a ustedes", les dijo para manifestarles su sentimiento de perdón. Y les expresó que asistía a esa audiencia para afrontarlos con amor, no con rabia.
El compareciente Néstor Jaime Mosquera Blanco se dirigió en esa ocasión a la señora Monroy para decirle: "usted solo nos ha dado bofetadas de amor, bofetadas de perdón, de reconciliación. La lección de vida que usted me ha dado, nadie me la ha enseñado, solo usted", dijo.
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Este pasado domingo, 24 de noviembre, doña Blanca y su hija Maryely se volvieron a encontrar con los diecisiete comparecientes, esta vez frente a una capilla y rodeados del campo santo de un cementerio al sur de Bogotá.
Una vez terminada la eucaristía, el grupo de comparecientes se dirigió al sitio de la tumba de Julián, la cual readecuaron con grama sintética y decoraron con ofrendas florales. Así mismo, los comparecientes realizaron el pago de una deuda por el alquiler de la sepultura de Julián Oviedo desde febrero hasta octubre de 2024, así como el pago de dos años adicionales de alquiler de este espacio.
“Esta actividad no es suficiente para reparar el daño, pero es un símbolo de nuestro arrepentimiento y el compromiso que tenemos de no olvidar lo que hicimos para que nunca más se vuelva a repetir”, expresó el compareciente Jader Alvarado Sequea, ante la señora Blanca Nubia y ante la sepultura de Julián. Luego, cada compareciente tomó la palabra para expresar su reconocimiento, su solicitud de perdón y ofrendar una flor.
“No les guardo rencor. Y, a pesar de que hicieron lo que hicieron, los quiero y les doy mi perdón”, les respondió la señora Monroy, no sin decirles que antes solía odiarlos porque le arrebataron la luz de sus ojos, “porque me quitaron el ser que más he amado en la vida”, dijo. Y, finalmente, subrayó que “el día que salí de la audiencia y les di mi perdón, ese día me quité el peso más grande de encima. Hoy les reitero ese perdón”.
Adicionalmente, en este acto restaurativo, los comparecientes también dedicaron la eucaristía para dignificar la memoria de Álvaro David Terán, y expresaron palabras de reconocimiento de responsabilidad y de solicitud de perdón por ese crimen.

Estos actos de memorialización y reparación simbólica llevados a cabo por los comparecientes serán evaluados por la magistratura al momento de tomar una decisión de fondo para resolverles su situación jurídica de forma definitiva.
Cabe resaltar que dos comparecientes adicionales involucrados en estos hechos no se presentaron a las citaciones hechas por la subsala Catatumbo de la Sala de Definición. La sala les abrió un incidente de incumplimiento del régimen de condicionalidad y podrían ser expulsados de la JEP para regresar sus procesos a la justicia ordinaria.