​​​​​​​​“Colombia va a ser un ejemplo para otros estados que en el futuro ejerzan su jurisdicción primaria para evitar el recurso de los tribunales internacionales", dice exjuez de la Corte Penal Internacional.​


Así opina Sylvia Steiner que vino recientemente a Colombia y acompañó una jornada académica de la Unidad de Investigación y Acusación de la jurisdicción especial para la paz.

Y es que para esta experta brasileña  quien ejerció como juez de la Corte Penal Internacional durante 13 años, donde actuó como Jueza Única en los primeros casos de la Corte,  fue Jueza Presidente en el juicio de Jean Pierre Bemba Gombo y actualmente es miembro del Instituto Iberoamericano de la Haya para la Justicia y la Paz, “es la primera vez que veo, principalmente a la sociedad civil participando de este régimen de justicia transicional donde se atiende a los objetivos de toda la justicia transicional".

Según la señora Steiner, el  “ejemplo de Colombia es muy importante, más que en otros países donde lo que se hizo fue  un tribunal que va a juzgar en el modelo de justicia retributiva", en su opinión, el caso de Colombia que dio paso a la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz para juzgar a los responsables de crímenes en el marco del conflicto armado, va más allá y “aquí se hizo el ejercicio de justicia retributiva, de justicia restaurativa, de reparaciones y todo este conjunto que ya fue decidido principalmente por las cortes, Corte Interamericana de Derechos Humanos y que esto es lo que  se espera de un estado, “que entre en un proceso de reconstrucción de su tejido social, de su poder judicial, entonces es mucho más amplio y en mi sentir mucho más importante que la simple instalación de un tribunal que haga juzgamiento de los presuntos responsables".

De acuerdo con la experiencia de los tribunales internacionales, Steiner, sostiene que La aplicación de la justicia internacional es un fenómeno muy nuevo y que la aplicación del derecho penal internacional es muy reciente, por tanto para el caso de la JEP, hay que darle tiempo.

“Podemos decir que tuvimos Nuremberg después de 40 o 50, años tuvimos los tribunales Ad-hoc y los tribunales Ad-hoc, por ejemplo el primero de ellos, el tribunal de Yogoeslavia fue instalado en 1993 y su primer caso, tuvo una solución después de 7 años. La Corte Penal Internacional existe de hecho desde el 2002 y la primera decisión que es sobre el caso Lubanga, es del 2010", explicó.

Según ella los tribunales para juzgar delito de guerra “son sistemas judiciales en construcción. Todo tiene que ser hecho a partir de cero entonces hay que darles tiempo para que establezcan sus procedimientos, sus primeras jurisprudencias: Después esto va a caminar como caminan los otros tribunales, ya con toda una jurisprudencia incorporada, haciendo parte del cuerpo judicial, pero hay que tener en mente que se construye un sistema nuevo que hay que darle tiempo para que se establezca".

Relata Steiner que en la Corte Penal Internacional de la cual hizo parte, “vemos que hay muchas situaciones que todavía no están resueltas, que los jueces tienen que sentarse para decidir si van a adoptar ese entendimiento o el otro o si acto del procedimiento funciona mejor así o mejor de otra manera; las reglas de procedimiento y de prueba de la corte penal internacional ya fueron cambiadas 6 o 7 veces, entonces es todo un periodo de construcción y esto lo tiene que entender la sociedad".

En su parecer, “la Justicia transicional de Colombia funciona bien. Por eso la fiscalía de la Corte Penal Internacional, acaba de cerrar el examen preliminar porque confía en lo que se está haciendo en Colombia, por eso me parece que funciona bien, muy despacio pero bien. Yo tengo mucha esperanza y repito esto va a servir de modelo para otros estados que salen de situaciones de conflicto armado o de dictaduras, que para reestablecer el estado de derecho necesitan pasar por eso proceso transicional que incluye la justicia y la reparación de las víctimas. Hay que acelerar un poquito para no perder pruebas, porque el tiempo es muy cruel por la búsqueda de pruebas y también para la satisfacción de las víctimas que ya esperaron mucho tiempo".

Frente a las reclamaciones de las víctimas por verdad, justicia y reparación, de manera pronta, expresó que “para las víctimas que tienen 20 años victimizadas la espera es muy angustiante,  “pero yo creo que lo más importante en especial para las víctimas es que se está trabajando, que no se están ignorando o dejando de lado nada, pero que se está haciendo. Y las víctimas tienen que participar de ese proceso de construcción y lo que se hace aquí es muy importante". Lo que podría yo decirle a las víctimas es que los casos que hasta ahora trabajamos en la Corte Penal Internacional son también casos que tienen casi 20 años".

Se refirió expresamente a los casos juzgados por la Corte Penal Internacional conocidos como  Lubanga 2001-2003, el caso Bemba (Jean Pierre Bemba fue considerado culpable de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, entre otros de violación, asesinato y pillaje, en el Congo), el caso Wong  Ho Wing  en 2001-2002.

“Para las víctimas este es un tiempo insoportable, nosotros reconocemos eso, pero hay que conciliar siempre la necesidad de satisfacer los derechos de las víctimas con la entrega de una justicia de un estado de derecho, no se puede pensar en un estado de enjuiciamiento que hace todo más rápido, pero demuestra que el estado no está preparado para actuar como estado democrático de derecho", sostuvo.

 “Entonces lo que podemos decirle a las víctimas es, primero nuestra simpatía, nuestra solidaridad siempre, yo he trabajado en el caso de República Centroafricana de personas muy pobres, es uno de los estados más pobres de África que ya es un continente con muchas viscisitudes, en donde escuchamos a víctimas de violencia sexual, los casos de pillaje de bienes de las personas y era todo lo que tenían, aumentó la pobreza, la discriminación, el estigma de víctimas, entonces tuvimos que pedirle a las víctimas que nos dieran un poquito más de tiempo. Que nos den un voto de confianza a todos los que participan en los sistemas judiciales y que nos den un poquito más de tiempo porque las víctimas hacen parte de un proceso en construcción, después en el futuro, sus hijos y nietos, que espero no sean víctimas, van a encontrar un sistema listo para recibirlos, pero por ahora estamos construyéndolo. Es todo lo que podemos decir con dolor en el corazón", puntualizó.​