“No me gustan las cifras porque una mujer violada ya es demasiado": Nobel de Paz Denis Mukwege
El reputado médico congoleño y Premio Nobel de Paz de 2018, Denis Mukwege, sostuvo el lunes que los países son insostenibles si las víctimas de violaciones de Derechos Humanos (principalmente las de delitos sexuales) no son escuchadas y tratadas como marginales.
“Mientras que todas las víctimas de todas las violaciones de Derechos Humanos no sean escuchadas ni tratadas con dignidad por los estados, no se podrá tener un país sostenible", indicó el activista durante la “Conferencia Internacional de la Iniciativa para la Prevención de la Violencia Sexual en los Conflictos Armados: Centralidad de las Víctimas en la Justicia Restaurativa y la Construcción de la Paz".
En la jornada, más de 200 mujeres víctimas de violencia sexual se dieron cita en el Teatro Colón de Bogotá para conmemorar el octavo aniversario de la firma del Acuerdo de Paz sellado entre el gobierno nacional y las extintas FARC y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Durante las actividades celebradas en el mencionado teatro y en el Centro de Convenciones Ágora intervinieron —aparte de Mukwege— la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani; los ministros de Exteriores, Luis Gilberto Murillo; del Interior, Juan Fernando Cristo, y de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
La Jurisdicción Especial para la Paz estuvo representada por su presidente, Alejandro Ramelli, y por el director de la Unidad de Investigación y Acusación, Giovanni Álvarez Santoyo.
También habló la senadora Sandra Ramírez, exintegrante de las hoy pacificadas FARC.
Luego de elogiar la firma del proceso de paz colombiano, Mukwege comentó “que los acuerdos de paz tienen mayor longevidad cuando incluyen a las mujeres".
Y a renglón seguido mencionó un nombre: el de la activista Ángela María Escobar, coordinadora de la organización no gubernamental Red de Mujeres Víctimas y Profesionales y quien en el año 2000 fue abusada sexualmente por paramilitares en el municipio antioqueño de Guatapé.
“Pienso en la señora Ángela Escobar, representante de las víctimas. Su experiencia no solo se quedó en Colombia, sino también en el mundo. Ángela comparte su experiencia con otras víctimas en todo el mundo", indicó el activista congoleño, quien afirmó en tono enfático que “ninguna sociedad se puede desarrollar política, económica y socialmente si deja a las víctimas en la marginalidad".
Mukwege, de 69 años, fundó en 1999 en su país de origen el Hospital de Panzi, donde ha operado a más de 80.000 víctimas de violencia sexual, “muchas veces —según sus palabras— con extrema violencia, con tortura y también con degradaciones".
El Nobel de Paz de 2018 citó un informe de Naciones Unidas sobre violencia sexual en el mundo, y posteriormente reveló que el año pasado en su país fueron denunciados 123.000 casos de violencia sexual.
“Son cifras que dan escalofrío (…) Detrás de esas cifras se esconde el sufrimiento invisible (de las víctimas). No me gustan las cifras porque una mujer violada ya es demasiado", enfatizó.
Al término de su intervención, Mukwege recordó que el miércoles viajará a Cumaral, Meta, donde se colocará la primera piedra del centro especializado para víctimas de violencia sexual con ocasión del conflicto armado colombiano.
Dicho proyecto ha sido liderado por el fiscal de la JEP, Giovanni Álvarez, y su asesora Pilar Rueda, con el apoyo del gobierno nacional.
El 10 de diciembre de 2018, cuando recibió el Nobel de Paz en la capital noruega, Mukwege recordó cómo en 1996, cuando la guerra llegó a la República Democrática del Congo, hombres armados ingresaron al hospital donde él trabajaba y dieron muerte a más de 30 enfermos.
“Yo no podía imaginar que aquello no era más que el comienzo", dijo. También recordó cómo niñas que no llegaban a los dos años fueron violadas.
“Cuando alcanzamos la cifra de 48 víctimas (menores de edad) estábamos desesperados. Con otros defensores de los Derechos Humanos alertamos al tribunal militar. Finalmente, estas violaciones fueron perseguidas judicialmente y juzgadas como crímenes contra la humanidad. Las violaciones de bebés en Kavumu cesaron, lo mismo que las llamadas al hospital de Panzi. Pero el futuro psicológico, sexual y genésico de estos bebés ha quedado hipotecado", dijo.
Fueron tantos los horrores que les tocó ver a Mukwege y a sus colegas que constantemente repetían: “Dios mío, decidnos que lo que vemos no es verdad. Decidnos que se trata de un mal sueño. Decidnos que al despertar todo irá bien. Pero no se trataba de un mal sueño. Era la realidad".
****
En la mañana, el fiscal Álvarez Santoyo reiteró que “en Colombia tenemos el mejor Proceso de Paz que hay en el mundo, pero no se construyó fácilmente".
En su concepto, dicho proceso “nos llevó más de 40 años de esfuerzos. Este Proceso de Paz que tenemos hoy nos ha contado muchas vidas y mucha sangre se ha regado sobre el territorio nacional".
El funcionario, finalmente, dedicó un aparte de su discurso a la justicia restaurativa y de reconciliación.
“Yo entiendo la justicia restaurativa como una justicia más humana, una justicia en la que lo más importante es reconocer a la víctima y que busca mecanismos para restaurarla. La justicia restaurativa es la justicia de la reconciliación", observó.
En tanto, la presidenta kosovar Vjosa Osmani comentó que Kosovo y Colombia tienen algo en común: son países que están comprometidos con las víctimas de violencia sexual y tienen agendas para una paz estable y duradera.
“La razón primordial por la que estoy aquí —dijo—son las víctimas de Kosovo. Ellas nos necesitan para ampliar sus voces y para darles plataformas donde sean escuchadas".
Por su parte, el canciller Murillo recalcó que el Proceso de Paz es un hito fundamental para Colombia y un ejemplo para la región y el mundo. “El Proceso de Paz de 2016 incorporó la violencia sexual como un delito de lesa humanidad", añadió el ministro de Exteriores.
Las víctimas estuvieron representadas por Ángela María Escobar, quien hizo hincapié en que “la firma de este Acuerdo de Paz no fue un acto simbólico (…) Este acuerdo nos dio la oportunidad a las víctimas de seguir luchando por nuestros derechos y por la defensa de la paz".
Según dijo, “llevamos ocho años comprobando que el odio y el rencor han sido las motivaciones para quienes atacan la paz".
A su turno, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, elogió a la JEP y de ella dijo que “ha permitido conocer una verdad que jamás se hubiera conocido(…) Dentro de esa tarea de la JEP, han ocupado un lugar importante las investigaciones por delitos relacionados con violencia sexual".
Finalmente, la senadora Sandra Ramírez pidió perdón “a nuestras compañeras (de las ex FARC) que fueron víctimas de hechos inaceptables" como de violencia sexual.
El martes continuarán, en el Centro de Convenciones Ágora-Corferias, las intervenciones y demás actos de la “Conferencia Internacional de la Iniciativa para la Prevención de la Violencia Sexual en los Conflictos Armados: Centralidad de las Víctimas en la Justicia Restaurativa y la Construcción de la Paz".