Comunicado del presidente de la JEP, magistrado Alejandro Ramelli, a la opinión pública, Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Países Garantes y Acompañantes y la CPI


Bogotá, 7 de diciembre de 2024. Como quedó consagrado en el Acuerdo Final de Paz, que honra los compromisos internacionales en materia de Justicia, la JEP no puede pasar por alto el dolor de las víctimas y sus demandas de verdad como pretenden algunos sectores, que desde la política quieren que la JEP desvíe su mandato.

Lo que fue acordado en La Habana, ajustado después por el plebiscito, el Legislativo y la Corte Constitucional, es este modelo de Justicia Restaurativa cuyo centro son las víctimas. Este modelo ha sido reconocido por la OCDE y en él participan de manera individual y colectiva alrededor de 400 mil víctimas, de todos los sectores de la sociedad, campesinos y comunidades étnicas. La verdad judicial ha permitido que las heridas empiecen a sanar y que las víctimas empiecen a encontrar a sus desaparecidos.
 
Es importante recordar que los beneficios para quienes se someten a la JEP están supeditados a sus aportes a la verdad, la no repetición y a que sus respuestas a las víctimas sean satisfactorias sobre hechos como el secuestro, los 'falsos positivos', el reclutamiento forzado, la violencia sexual y otros graves crímenes de guerra y de lesa humanidad.
 
La JEP, como alta corte, y tribunal de cierre, continuará con su trabajo de reconciliación, pese a los reiterados esfuerzos de distintos sectores, comprometidos en la guerra, quienes siguen intentando por todos los medios que no se conozca la verdad y no se juzguen a los máximos responsables. La JEP seguirá desenterrando la que han pretendido esconder y esclareciendo patrones macrocriminales desconocidos por el país.
 
Los firmantes de Paz, los integrantes de la fuerza pública y terceros civiles que han cumplido con su comparecencia ante la JEP, tendrán derecho a una sanción propia y a resolver su situación jurídica siempre y cuando asuman su responsabilidad de manera pública y entreguen verdad detallada y exhaustiva. No basta con asumir responsabilidades de manera general y eludir a las víctimas.
 
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los países garantes y acompañantes del Acuerdo Final de Paz y la Corte Constitucional conocen y han resaltado los esfuerzos de la JEP que con sus medidas cautelares ha movido a las instituciones de Colombia para que se respete la vida y seguridad de más de 9 mil firmantes de Paz.
 
También la Corte Penal Internacional y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, han destacado los resultados judiciales de la JEP y han exigido respeto por su autonomía y mandato legal.
 
Por ello, es importante señalar que el avance, dentro de la estricta temporalidad, de los 11 macrocasos de la JEP compromete no solo a la Jurisdicción, y a sus distintas instancias, sino a todas las ramas del poder público y a las víctimas. Y sobre todo depende de los comparecientes, agentes de Estado y terceros, miembros de la fuerza pública y también firmantes de Paz de quienes se espera respeto a la ley y al Acuerdo y sus aportes decididos y sin dilaciones a la verdad.