COMUNICADO 090
La JEP devolvió a su familia los restos
de José Manuel Caballero Rodelo, un joven DJ buscado por más de 15 años en
Guaranda (Sucre)
- Los restos del joven fueron hallados en
el Cementerio de Nuestra Señora de Los Dolores de Puerto Berrío, Antioquia, a
más de 350 kilómetros de su natal Guaranda, en La Mojana sucreña.
- La búsqueda duró, al menos, 15 años y su
hallazgo fue posible gracias a las medidas cautelares adoptadas por la JEP, y
solicitadas el MOVICE en 2018. En el cementerio de Puerto Berrío han sido
recuperados 167 cuerpos de víctimas de desaparición forzada.
- La entrega digna es la respuesta estatal
que la familia Caballero Rodelo había esperado desde abril de 2008. Ahora, la
JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) hicieron
posible el retorno de los restos mortales ‘a casa’.
Guaranda (Sucre), 8 de agosto 2023. “‑Aló…
Aló, mijo… Vuelve a casa, ¡te estamos esperando!”, dijo Hirlenis Eugenia
Rodelo, a finales de 2008, luego de hacer una llamada fallida al celular de su
hijo José Manuel Caballero, asesinado en abril de ese año por miembros del
Batallón de Ingenieros No. 14 Calibío del Ejército de Colombia. Tras su
desaparición, cada semana ella marcaba al celular del mayor de sus cinco hijos
con la esperanza de oírlo. Nunca obtuvo respuesta. El viernes 4 de agosto de
2023, luego de 5.500 días de búsqueda, recibió a manos de la magistrada Reinere
de los Ángeles Jaramillo, de la JEP, el cuerpo de su hijo de 23 años.
El último empleo de José Manuel Caballero
Rodelo en Guaranda, situada a la entrada de La Mojana sucreña, fue de DJ. Luego
de salir del colegio rural de la vereda Chuira Grande, a escasos kilómetros del
casco urbano, trabajó en lo que más le apasionaba: la música. Su gusto por la
champeta y la mezcla de ritmos del Caribe le valieron los conocimientos
empíricos para autogestionarse como un DJ en las discotecas ‘A Love Story’ y
‘Canalón’, en la calle principal del pueblo, donde hoy existe un supermercado.
Aunque ese trabajo fue producto de su
buen relacionamiento con la gente, José Manuel fue engañado por dos mujeres que
le prometieron una mejor oferta laboral en una mina de Antioquia. Al final,
todo lo que le habían ofrecido resultó siendo una mentira que lo condujo a su muerte
y desaparición forzada. Su cuerpo fue presentado como una baja en combate por
agentes de Estado, durante abril de 2008 en Puerto Berrío.
15 años después de su desaparición, su
familia aún escucha en casa una de las canciones favoritas de José Manuel: ‘Sopa
de caracol’, en su versión de champeta. Esta canción de origen hondureño se
convirtió en una de las preferidas en sus mezclas musicales como DJ, oficio que
también le servía de sustento económico a su familia. Este oficio lo
desempeñaba de viernes a sábado y, en una buena jornada, podía ganarse hasta
$50.000 por noche. Entre semana, complementaba este oficio siendo ayudante de
albañilería y plomero, con los cuales podría ganar hasta $20.000 diarios.
El engaño
Desde la sede del Batallón de Ingenieros
No. 14 Calibío se planeó la operación para acabar con la vida de José Manuel,
quien vivía en ese entonces en Guaranda, en la casa de su abuela paterna, María
Eugenia Baldovino. El engaño, con una falsa promesa laboral, lo hicieron dos
mujeres que, al parecer, conocían muy bien al mayor de los Caballero Rodelo.
Estos detalles fueron suministrados a la JEP el 24 de julio de 2023 en una audiencia
de verificación de régimen de condicionalidad del teniente (r) Javier Danilo
Páez, antiguo miembro de esa unidad militar que operaba en el Magdalena Medio.
Cuando José Manuel fue engañado, su
hermano Adonais, un año menor que él y quien lideró la búsqueda por más de una
década, estaba prestando el servicio militar en el Batallón de Infantería No.
33 Junín en Montería, Córdoba, a cuatro horas y media de distancia de Guaranda.
De hecho, su última conversación fue sobre el papeleo y trámite que Adonais
haría en aquella unidad militar para definir la situación del hijo mayor de
Hirlenis.
“José Manuel era trabajador, honesto,
mamagallista. Cuando yo estaba prestando servicio militar y el Ejército me lo
mató, sentí rabia. Respetar la vida de los civiles era la primera norma que nos
enseñaban”, expresó Adonais.
La bóveda C-06
José Manuel duró tres lustros enterrado junto
a otros cuerpos no identificados en el Cementerio de Nuestra Señora de Los
Dolores o “La Dolorosa” en Puerto Berrío, en el Magdalena Medio antioqueño.
Allí, muchos de esos restos fueron adoptados por familias del territorio como
forma de duelo y esperanza en la búsqueda de sus desaparecidos, o como forma de
agradecimiento ante favores recibidos por las ánimas.
A pesar de la identificación plena de
José Manuel, posterior a su asesinato, el 7 de abril de 2008, y de haberse
sancionado penalmente al compareciente por los hechos que rodearon el homicidio
y desaparición desde hace más de 9 años, la magistratura aún no entiende por
qué no se hizo nada para ubicar su cuerpo y entregarlo de manera digna a su
familia.
Hace cinco años, el Movimiento Nacional
de Víctimas de Crímenes del Estado (MOVICE) impulsó ante la JEP la adopción de
medidas cautelares en 16 zonas de Colombia donde se presumía la existencia de
cuerpos de víctimas del conflicto armado. Una de estas fue para el Magdalena
Medio y, en 2020, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad de la JEP
decretó una medida cautelar en este cementerio, mediante el Auto SAR-AI 23 del
15 de octubre. Su principal objetivo era proteger y preservar los cuerpos no
identificados que allí fueron inhumados. Parte de esta instrucción judicial le
ordenó al Grupo de Apoyo Técnico Especializado Forense (GATEF) de la Unidad de
Investigación y Acusación (UIA) de la JEP la prospección del terreno.
Posteriormente, la JEP autorizó a la Unidad
de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) para que hiciera la
recuperación humanitaria de los cuerpos no identificados de ese sitio, tras la
solicitud de dicha entidad. En total, de La Dolorosa fueron recuperados 167
cuerpos y entregados al Instituto Nacional de Medicina para su análisis
genético y posible identificación.
El cuerpo de José Manuel fue recuperado
de la bóveda C06 del Pabellón de Inhumación Estatal de aquel Cementerio. Esta es
la primera identificación y entrega digna que se da en el marco de la medida
cautelar. Este caso fue pionero y con ello el Tribunal Especial para la Paz de
la JEP “ha visibilizado y resignificado” a esta víctima de una “conducta tan
grave para la humanidad como lo es la desaparición forzada”, según lo expuesto
en el Auto SAR-AI 023 de 2020.
Respuesta estatal
A la familia Caballero Rodelo el Estado
colombiano no solo le arrebató al mayor de sus hijos. Durante los 15 largos
años de búsqueda, diversas instituciones no le supieron dar respuestas claras a
Hirlenis y los hermanos de José Manuel: Adonais, Juan Carlos y Enilsa. De
hecho, en ese lapso la cuarta de los cinco hermanos, Katerina, falleció en 2013
de una complicación de una anemia. Murió en un hospital de Sincelejo esperando
respuestas sobre el caso de su hermano.
La magistrada Reinere de los Ángeles
Jaramillo señaló: “reconocemos su camino, su lucha, su sacrificio y dolor. Hoy
asistimos, con el permiso de ustedes, a este duelo que es también uno de país.
Hoy la comunidad de Guaranda se reúne en torno a ustedes para honrar a José
Manuel y dignificarlo en su vida y continuar con el duelo que había
imposibilitado su desaparición”.
María del Pilar Silva Garay, abogada del
Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, asistió a la entrega digna de José
Manuel. Al cierre de la jornada, expresó: “Estar en Guaranda no es gratuito. A través
del impulso de las medidas cautelares, logramos que una familia recuperara a su
hijo. Esperamos que muchos desaparecidos retornen a sus casas para que puedan
tener un entierro digno y que esto no se vuelvan a repetir”.
La respuesta del Estado colombiano
también se evidenció en la articulación institucional de quienes componen el
Sistema Integral para la Paz. Ella Cecilia del Castillo, coordinadora
territorial de la UBPD en Sucre, participó en esta entrega digna e indicó: “nuestro
mandato se complementa con la labor judicial de la JEP para darles respuesta a
ustedes, las familias buscadoras, para dignificar la memoria de este hijo de
Guaranda que fue injustamente arrancado del hogar y quien hoy regresa, tras 15
años de lucha y resistencia”.
La esperanza
La JEP también acompañó a la familia de
José Manuel en un recorrido por las principales calles del municipio hasta
llegar al cementerio del pueblo, a escasos cien metros del río Cauca, en la
intersección de la carrera 3 y calle 12 de Guaranda, para darle una digna
sepultura.
Tras usar una docena de ladrillos de
barro y dos arreglos florales de margaritas y claveles blancos, la bóveda de
José Manuel fue sellada por el sepulturero. Al final, Yasmi Ochoa, esposa de
Adonais Caballero, tomó un trozo de rama para escribir sobre el cemento fresco
de la lápida el nombre de su cuñado e inscribir las fechas de su nacimiento y
asesinato.
El recuerdo de José Manuel pervivirá en
los corazones de su familia. Esta entrega digna, que contó con el apoyo
psicosocial de la Unidad para las Víctimas, se une a las demás que desde 2020
ha hecho la Jurisdicción en Antioquia, Bolívar, Sucre, Caldas, Risaralda,
Caquetá y Cesar.