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​​NOTA DE PRENSA

Farc-EP reconocen responsabilidad en el asesinato del sacerdote José Antonio Beltrán y piden perdón a la comunidad de Landázuri, Santander

 

  • En cada encuentro la comunidad le dejó claro a los exguerrilleros que con el asesinato del padre Beltrán acabaron con la esperanza de desarrollo de un pueblo.
  • Rodrigo Londoño aseguró que reconocen en la JEP a “nuestro juez natural y confiamos que en sus decisiones judiciales se garantice el derecho a la justicia restaurativa que requieren todas las víctimas del conflicto armado".​


Bogotá, 10 de octubre de 2021. A inicios de este año la Diócesis de Vélez, los firmantes de Paz y la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, con el apoyo de la Jurisdicción Especial para la Paz, iniciaron un proceso de construcción de confianza, en el que se realizaron acciones de preparación de las comunidades de los corregimientos y veredas de los municipios Vélez, Landázuri y Santa Helena del Opón, en Santander, para realizar el reconocimiento por parte de los excomandantes de las Farc-EP del asesinato del padre José Antonio Beltrán, ocurrido hace 30 años en la vereda Cucuchunales, del municipio de Landázuri.

Durante estos meses las comunidades expresaron su dolor y rabia a los exjefes guerrilleros que estuvieron en cada una de las jornadas preparatorias, les exigieron verdad para las víctimas de los hechos cometidos en esa zona durante las más de tres décadas que hicieron presencia (1975 – 2006 aproximadamente) en ese territorio.

En cada reunión la comunidad le dejó claro a los exguerrilleros que con el asesinato del padre Beltrán acabaron con la esperanza de desarrollo de un pueblo, pues era el cura quien, pese a sus 70 años, hacía un trabajo importante en el mejoramiento de las vías, enseñaba a leer y escribir a los campesinos y los impulsaba para buscar mejores condiciones de vida.

El pasado 1 de octubre, más de 40 vehículos conformaron una larga caravana de más de dos horas por una difícil vía entre los municipios de Vélez y Landázuri para llegar hasta el lugar en el que, por fin, los exjefes guerrilleros reconocerían su responsabilidad en el crimen del padre Bernal.




Pudieron haber terminado el recorrido en los vehículos, sin embargo, no fue posible, porque desde hace dos años el puente que une a los dos municipios colapsó y aún sigue averiado. Por eso, los visitantes, autoridades municipales, departamentales y nacionales, así como miembros de la Iglesia, firmantes de Paz, personas del Sistema Integral para la Paz y lugareños, tuvieron que iniciar la travesía de más de una hora a pie, para poder llegar al colegio en la vereda Cucuchunales, el mismo lugar donde Bernal había realizado la última misa y donde fue retenido y llevado por los miembros de Farc-EP.

Después de ese recorrido más de 200 personas se alistaron para hacer una peregrinación de aproximadamente una hora para llegar al sitio donde fue encontrado el cuerpo sin vida del padre. En la quebrada en la que hace 30 años fue abandonado el cadáver del religioso, los comparecientes dejaron una placa que recordará la vida y la muerte del sacerdote que lo dio todo por su comunidad. El acto estuvo acompañado por cantos, por la palabra de monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de la diócesis de Vélez y por las palabras de Pastor Alape, quién tomó la vocería para aceptar la responsabilidad de las extintas Farc- EP del crimen de Bernal.

Nuevamente en la escuela de Cucuchunales, la comunidad y los invitados se sentaron frente a una tarima improvisada en madera y plástico. Alrededor de una misma mesa estuvieron sentados los sacerdotes de la diócesis de Vélez y San Gil, acompañados por monseñor Leonardo Gómez, reconocido por su aporte en la construcción de la Paz y los diálogos pastorales.

También estuvieron monseñor Merchán y al menos 10 sacerdotes de los corregimientos y Veredas de Santander; al otro lado estaban algunos comandantes de las extintas Farc-EP: Rodrigo Londoño, Sandra Ramírez, Pastor Alape y Rodrigo Granda, así como algunos comandantes que habían estado en la región, 'Yimmy', Jairo Cala, 'Toledo', y Carlos Iván Chaparro. Era el momento de las comunidades y un vocero de ellos invitó a los presentes a escucharlos.



“Falsos mesías de aquel tiempo que decían ser el ejército de pueblo, proponiendo mejores condiciones para la comunidad, pero la práctica era contraria a esas palabras", empezó diciendo con voz fuerte y decidida.

El vocero de la comunidad insistió en su esperanza en que las Farc-EP reconozcan, además del crimen del padre Bernal, que acabaron con el progreso y el sueño de la comunidad. Les recordó las consecuencias de sus actos y cómo, por cuenta de eso, el desarrollo es muy mínimo en el territorio; el estado de la vía es terrible y eso conlleva a que los campesinos no puedan mejorar en sus quehaceres diarios.

La comunidad le recalcó a las Farc-EP su responsabilidad y les exigió reparación: “No solo es pedir perdón, sin acciones reales su venida y los actos que están haciendo serían totalmente inútiles".

Entre tanto, Rodrigo Londoño excomandante de las extintas Farc-EP, manifestó su compromiso por la Paz. Reiteró la responsabilidad del dolor causado y pidió permiso para resarcir el daño, y dijo que espera que las comunidades, la iglesia y la familia puedan perdonarlos. Aceptó la magnitud y la responsabilidad de la violencia generada en diferentes territorios de la nación, asimismo, reconoció su responsabilidad en el asesinato del padre José Antonio Beltrán.

“Fue un hecho que no tiene justificación, nada puede explicar y menos intentar justificar un acto de horror como este asesinato que contradice los principios políticos, ideológicos, organizativos que constituyeron el proyecto político de las Farc-EP", dijo Londoño.

“Creemos que la paz no tiene vuelta atrás. En nuestra calidad de comparecientes, 9.812 firmantes hemos reconocido responsabilidad en la JEP… Reconocemos en la JEP a nuestro juez natural y confiamos que en sus decisiones judiciales se garantice el derecho a la justicia restaurativa que requieren todas las víctimas del conflicto armado. Sabemos que este es un proceso que hasta ahora iniciamos y demandará tiempo sanar las heridas profundas que causamos", afirmó.

El 2 de octubre, el corregimiento se engalanó para recordar nuevamente la vida y obra del padre Bernal en esa comunidad. Unas semanas atrás, los comparecientes estuvieron trabajando en jornadas de embellecimiento del polideportivo y sus alrededores, en donde recibieron a más de 500 personas entre campesinos y visitantes que llegaron para acompañar la liturgia en honor al sacerdote asesinado.

Las casas izaron una bandera con el rostro del padre Beltrán y la misa fue presidida por monseñor Leonardo Gómez y monseñor Marco Antonio Merchán Ladino. Fue un acto lleno de símbolos, cariño y respeto por aquel hombre que se convirtió en la insignia de esperanza de una tierra olvidada.

Al finalizar el acto litúrgico, un artista de la región entregó a la comunidad un cuadro del sacerdote en honor a su memoria y a las extintas Farc-EP, un cuadro que muestra el tránsito de la guerra a la Paz.

La iglesia presentará la solicitud a la Santa Sede Católica de reconocimiento como mártir del padre Beltrán y así iniciará un largo camino para su beatificación.

La Secretaría Ejecutiva de la Jurisdicción Especial para la Paz hizo presencia en las jornadas a través del equipo territorial para Santander y una delegación del Equipo de Seguimiento de Medidas Reparadoras y Restaurativas, quienes acompañaron el proceso y documentaron la actividad realizada, la cual ha sido solicitada para ser certificada como Trabajo, Obra o Actividad Reparadora – Restauradora (TOAR) ante esta dependencia de la JEP.