COMUNICADO CONJUNTO 19
“Saulo José Posada no era un guerrillero”: el relato de una familia tras recibir el cuerpo de su ser querido después de más de 20 años de desaparición y búsqueda
- El trabajo articulado entre la magistratura, la Secretaría Ejecutiva y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el apoyo de la Diócesis de Valledupar y la representación judicial, permitió identificar y entregar dignamente el cuerpo de Saulo José Posada Rada.
- El caso de Saulo José hizo parte de la investigación del Subcaso Costa Caribe del Caso 03.
- Su búsqueda, identificación y entrega digna representan un avance concreto en la garantía de los derechos de las víctimas de desaparición en el marco del Sistema Integral para la Paz.
- El proceso transicional restaurativo y la articulación interinstitucional hicieron posible encontrar a Saulo y permiten a su familia honrarlo dignamente, de acuerdo con sus creencias.
- La articulación entre instituciones forenses, judiciales y humanitarias reafirma el compromiso del Sistema Integral para la Paz con la búsqueda, la verdad y la memoria de las víctimas.
- En la Sentencia No. 2 de 2025, la JEP estableció que el asesinato y la desaparición de Saulo José, junto con la de otras 134 víctimas, constituyeron crímenes internacionales reconocidos y detallados por los perpetradores.
Valledupar, 14 de diciembre de 2025. Hace 23 años, Reyes María Rada Ospino recibió una trágica noticia en su lugar de trabajo: el cuerpo que había llegado a la morgue del Hospital Rosario Pumarejo de López, en Valledupar, y que era señalado como el de un “guerrillero muerto en combate”, correspondía en realidad a su sobrino, Saulo José Posada Rada.
Hoy, la familia de Saulo José —presentado falsamente como baja en combate por integrantes del Batallón de Artillería No. 2 La Popa— recibe dignamente su cuerpo, en un acto que les permitirá honrar su memoria y reafirmar quién era realmente Saulo. Este acto es coordinado por la magistratura, la Secretaría Ejecutiva y la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el acompañamiento de la representación de las víctimas, encabezada por el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP).
La entrega digna, que se realizará conforme a los deseos de sus familiares, representa un avance concreto de la articulación del Sistema Integral para la Paz. En agosto de 2024, Saulo fue incluido en el trámite de la medida cautelar emitida en el marco del Subcaso Costa Caribe del Caso 03, orientada a proteger los cuerpos sin identificar que se encontraban en los cementerios de Valledupar, donde se presume podrían reposar personas desaparecidas acreditadas en el subcaso.
Al momento del trámite de esta medida, la Unidad de Búsqueda avanzaba en la investigación humanitaria y extrajudicial con al menos cuatro solicitudes de búsqueda. Tras la intervención que permitió la recuperación de 107 cuerpos, se recibió la solicitud formal de búsqueda por parte de la familia de Saulo José.
Durante el proceso se tomaron muestras genéticas a los familiares y se realizaron al menos ocho mesas técnicas entre la UIA de la JEP, la Unidad de Búsqueda, Medicina Legal y la familia, los resultados se compartían al Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, para socializar con las familias buscadoras los avances en la investigación e identificación. Asimismo, se adelantó la correlación de las necropsias practicadas en su momento por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Como resultado de este trabajo, en noviembre de 2025, Medicina Legal confirmó que uno de los cuerpos recuperados en la fosa colectiva 9 del Cementerio Jardines del Ecce Homo correspondía a Saulo José Posada Rada.
Este hallazgo y su entrega a los familiares constituyen un paso significativo en la materialización de las órdenes de búsqueda de personas desaparecidas emitidas en la Sentencia No. 2 de 2025, proferida el 18 de septiembre de ese año, mediante la cual fueron condenados 12 comparecientes del Batallón La Popa por la desaparición de 135 personas, entre ellas Saulo.
La madre de Saulo, su hermana, sus tías, sus hijos y una prima viajaron desde distintas regiones del país para reencontrarse con él. Saulo era un joven albañil de 28 años, trabajador y querido en su barrio San Martín, en Valledupar.
Este lunes 15 y martes 16 de diciembre de 2025, la familia permanecerá en Valledupar en el marco de la entrega digna, donde recibirá apoyo psicosocial, información técnico-científica y orientación jurídica sobre sus derechos, así como información de carácter judicial. También asistirán a una ceremonia religiosa en el barrio San Martín y acompañarán la disposición final del cuerpo en el Cementerio Ecce Homo de Valledupar. Para este propósito, la Diócesis dispuso un osario temporal mientras finaliza la construcción del Mausoleo de la Memoria para No Olvidar, uno de los proyectos restaurativos ordenados para contribuir a la reparación de las víctimas de desapariciones presentadas como bajas en combate en la Costa Caribe. Este proyecto hace parte de las sanciones propias definidas en la Sentencia No. 2 de 2025, a cargo de los máximos responsables del Subcaso Costa Caribe.
A la fecha, y en el marco del Subcaso Costa Caribe I, continúa la búsqueda de Carlos Alfredo Castro Aguirre, Édgar Beltrán Hurtado, Albeiro Flórez Hernández, Leovigildo Antonio Oñate Montero, Esnel Matute Ibáñez, Rafael Mario Bernal Real, Antonio Gamero Barrios, Wilson Darío Ruiz Arboleda, Luis Javier Molina Gutiérrez y Jesús María Coronel.
Una verdad que repara el nombre de Saulo
Para la familia de Saulo, este momento es el resultado de una larga y dolorosa espera, no solo por la entrega de su cuerpo, sino por la verdad, la justicia y el esclarecimiento de los hechos. Para su tía, Reyes María Rada Ospino, este acto debe estar acompañado de “una declaración judicial y pública de la justicia colombiana que reconozca que Saulo era una persona inocente y no un guerrillero, como lo quisieron hacer ver”.
El 18 de agosto de 2002, Saulo salió de la casa de su tía para tomar medidas en una obra que iba a cotizar, según lo indicado por quienes hoy son reconocidos como perpetradores. Sin embargo, nunca regresó.
La noche siguiente, cuando Reyes María estaba a punto de terminar su turno en el Hospital Rosario Pumarejo de López, una compañera le alertó sobre la llegada de cuerpos de supuestos guerrilleros. Al ingresar a la morgue, encontró el cuerpo de su sobrino entre otros cadáveres cubiertos con bolsas verdes y negras.
Según recuerda, un funcionario comentó: “Tráiganle un vaso con agua. La señora está llorando porque es la mamá del guerrillero”. Reyes María lo enfrentó, insistiendo en que Saulo no era guerrillero. Sin embargo, los señalamientos y la estigmatización marcaron profundamente a su familia.
Estos hechos derivaron en nuevas revictimizaciones: publicaciones en medios de comunicación, pérdida de amistades, señalamientos por parte de vecinos y compañeros de trabajo, y finalmente el despido de Reyes María del hospital, lo que la obligó a desplazarse junto a sus hijos por temor.
El proceso de investigación judicial y forense
El hallazgo de Saulo José constituye un momento significativo en las labores de búsqueda de personas desaparecidas en este subcaso. Para la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, representa un aliciente para continuar con la búsqueda de otras personas y permitir que más familias puedan reencontrarse con sus seres queridos.
Desde el inicio de la medida cautelar se desplegaron todas las capacidades profesionales e interdisciplinarias del Grupo de Apoyo Técnico Forense, con el acompañamiento del fiscal de la sede territorial de Valledupar y su equipo de investigación judicial.
Los familiares recibieron de la UIA de la JEP una explicación detallada del proceso judicial de búsqueda, guiado por el plan de intervención forense, la prospección y la recuperación de Cadáveres No Identificados (CNI) y Cadáveres Identificados No Reclamados (CINR).
Este abordaje forense y judicial permitió la identificación de Saulo José entre los cuerpos recuperados en el Cementerio Parque Jardines del Ecce Homo, en diligencias de exhumación realizadas entre junio y julio de 2024. Posteriormente, su cuerpo fue remitido al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, junto con otros 107 cuerpos, para la realización de los estudios técnico-científicos que permitieran su plena identificación.
La UIA reitera su compromiso con la búsqueda de las demás personas dadas por desaparecidas, haciendo todo lo que esté a su alcance para encontrarlas.
La articulación entre instituciones forenses, judiciales y humanitarias reafirma el compromiso del Sistema Integral para la Paz con la búsqueda, la verdad y la memoria de las víctimas.
Las entregas dignas
La entrega digna es un procedimiento que recoge y materializa el sentir y las necesidades de las víctimas. Busca un carácter reparador mediante el cual las familias reciben, en condiciones de respeto, acompañamiento psicosocial y verdad, los cuerpos de sus seres queridos desaparecidos. La JEP, junto con las entidades articuladas como la Unidad de Búsqueda y Medicina Legal, y otras entidades aliadas, garantiza que este momento se realice con información clara, apoyo técnico-científico y un trato profundamente humano y respetuoso hacia las víctimas.