COMUNICADO 75
Terminaron más de 30 años de búsqueda e incertidumbre para una familia en Villavicencio
- La diligencia de entrega digna de la víctima, desaparecida en 1991, se dio después de hallar e identificar su cuerpo en el cementerio de Bojacá, Cundinamarca.
- En 2023, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP recibió información clave que permitió encontrar el cuerpo y hacer la entrega digna. La búsqueda se hizo en articulación con la Fiscalía General de la Nación.
- La JEP continúa trabajando para garantizar el derecho a la verdad de las víctimas del conflicto armado.
- Las mujeres buscadoras del Meta y del Guaviare acompañaron y abrazaron a la familia que recibió a su ser querido. En este espacio, ellas reafirmaron su compromiso con la búsqueda y espera de justicia y verdad.
Villavicencio, Meta, 08 de junio de 2024. Luego de más de 30 años de búsqueda, una familia afectada por el conflicto armado recibió el cuerpo de su familiar desaparecido en Villavicencio. El hallazgo se dio en el cementerio de Bojacá, Cundinamarca, en el marco de una acción conjunta entre la Jurisdicción Especial para la Paz y la Fiscalía General de la Nación.
En 2023, el magistrado Alejandro Ramelli Arteaga, de la Sección de Ausencia de Reconocimiento, recibió información clave para emprender de manera coordinada la búsqueda que condujo a su posterior identificación y que permitió la entrega digna el 16, 17 y 18 de mayo.
Luego de recibir el cuerpo, la familia se reunió en compañía de amigos y organizaciones que apoyaron su búsqueda para despedir dignamente al esposo y padre que esperaron por más de tres décadas. Durante ese tiempo, la señora M, identificada así por motivos de seguridad, sacó adelante a sus cuatro hijos y, con tenacidad, amor y convicción, siguió cada pista del paradero de su ser querido.
“Lo tomamos como una alegría porque se cumplió el sueño de tener de nuevo a mi papá cerca", dijo el hijo menor de la víctima durante la ceremonia de entrega del cuerpo de su ser querido.
La historia de la señora M está marcada por el conflicto armado. Ella, su esposo y sus hijos se desplazaron forzosamente en varias ocasiones, huyendo de la violencia antes de asentarse en Bogotá. Fue allí donde, según su relato, la víctima fue detenida por hombres que se identificaron como integrantes del B2 del Ejército, afirmando que debía rendir declaraciones en el CAI del sector. Sin embargo, cuando su familia lo buscó en este lugar, no encontraron registro de su ingreso.
Año y medio después, una fotografía de la víctima apareció en un artículo de un medio de comunicación impreso sobre una masacre en Bojacá. Al enterarse de esto, la señora M, fue al cementerio de este municipio y el sepulturero confirmó haber inhumado el cuerpo de su esposo como N.N., junto con cinco personas más. También le dijo que, para exhumarlo, debía realizar un pago de tres millones de pesos, una suma con la que su familia no contaba.
Pasó más de una década antes de que la familia denunciara este crimen. ¿La razón? Como los hombres que detuvieron al señor R se identificaron como integrantes del cuerpo de inteligencia militar, no sabían cómo comprobarlo y temían hacer señalamientos erróneos que provocaran represalias.
En su larga búsqueda, la señora M conoció a otras mujeres de la región que tienen familiares desaparecidos y que a través del teatro decidieron narrar su dolor. “Todavía tengo preguntas, pero ya no son las mismas que cuando empezamos este proceso. Mi compromiso el día de hoy es seguir buscando la verdad y apoyando a otras personas que están en este camino", dijo la señora M durante la diligencia de entrega digna.
En 2023, la JEP recibió una solicitud de la fundación Nydia Erika Bautista con información sobre el posible lugar donde se encontraba el cuerpo de la víctima y, en respuesta, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP, en un trabajo articulado con la Fiscalía General de la Nación, hizo labores para la recuperación y entrega digna del cuerpo.
La JEP se comunicó con el Ministerio del Interior, el Grupo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas (Grube) de la Fiscalía, Medicina Legal, la Gobernación de Cundinamarca, la Alcaldía de Bojacá y a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). Estas instituciones podían aportar los datos necesarios para verificar la ubicación del cuerpo y la situación del camposanto para proceder con la exhumación y posterior identificación.
“Mi intuición siempre me llevó al lugar correcto. Yo debía seguir tocando puertas, es así como llegué a lugares inimaginables (…) Agradezco a la JEP, a la Fiscalía, al Comité Internacional de la Cruz Roja y a la UBPD. Ahora será posible llevar una flor para el día del padre", agregó la señora M en la ceremonia de velación.
Aunque la entrega del cuerpo del señor R cierra un ciclo de búsqueda, la JEP continúa articulando su trabajo con la Fiscalía para esclarecer la verdad para las víctimas del conflicto armado. “Hoy celebramos que su espera ya terminó, nosotras seguiremos en la búsqueda con la esperanza de encontrar a nuestros desaparecidos" finalizó una de las madres buscadoras del Meta y el Guaviare que acompañó la entrega digna.