COMUNICADO 118
Tras dos décadas de búsqueda, una familia en Caquetá despide a su hija quien fue reclutada por las Farc-EP cuando tenía 15 años
- Se
trata de la primera identificación de una niña víctima de reclutamiento
de las Farc-EP. Esta es la octava entrega digna que realiza el Caso 07:
'Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado' y la séptima en el marco de las medidas cautelares de La Unión Peneya.
- Esta
entrega digna, realizada en conjunto con la Unidad de Búsqueda de
Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), se realiza en el marco de las
medidas cautelares adoptadas por la JEP en el cementerio del
corregimiento de La Unión Peneya, en La Montañita, Caquetá, donde se
recuperaron 47 cuerpos de personas desaparecidas en el conflicto armado,
incluidos niñas y niños presuntamente reclutados.
Bogotá, 25 de agosto de 2024. Una familia que llevaba más de dos décadas buscando a su hija, reclutada por las
Farc-EP
y desaparecida cuando recién cumplió sus 15 años, escuchó en una
emisora de Caquetá una noticia que llamó su atención y le devolvió la
esperanza. La
JEP y la
UBPD
estaban interviniendo el cementerio del corregimiento de La Unión
Peneya, en el municipio de La Montañita, en busca de cuerpos de personas
desaparecidas. Desde hace 22 años, la madre sospechaba que su hija
estaba ahí. Ese presentimiento lo confirmó el pasado 19 de agosto, el
mismo día que la víctima cumpliría años, cuando por fin pudo despedirla y
darle digna sepultura.
“A mí me dio
temor por la zona en la que vivimos", pero “el propósito es superior al
miedo", contó la mamá de la víctima durante la entrega digna. “A mí sí
me habían dicho que ella de pronto estaba en las fosas de la Unión
Peneya. Eso para mí fue muy duro porque uno se confunde, no sabe qué
creer. Yo decía que, si ella estaba ahí, ojalá que no quedara ahí. Que
no quedara en ese lugar (…), yo quería rescatarla de allá", agregó y
entre lágrimas recordó los años de incertidumbre y el día que se llenó
de valor para exponer su caso ante el Sistema Integral para la Paz.
Más de dos décadas después, la
JEP
le contó a su familia qué pasó después de su reclutamiento: la niña
murió en medio de un enfrentamiento con la fuerza pública, ocurrido
menos de un mes después de haber cumplido sus 15 años y de haber sido
reclutada.
“Yo nunca me esperé que
pudieran recuperar el cuerpito de ella (…) más hoy, que está cumpliendo
años", dijo la madre de la víctima, mientras el forense de Medicina
Legal entregaba detalles de la información que fue recolectada en los
exámenes forenses realizados al cuerpo. Era un día especial, no solo
porque finalmente ahora su familia tiene certeza sobre el lugar donde
reposa su cuerpo, sino también porque aprovecharon para cumplir una
promesa que le habían hecho en vida: celebrarle sus 15 años. Así, la
fecha del 19 de agosto adquirió un nuevo significado para esta familia
de Caquetá.
El homenaje no terminó
ahí. Teniendo en cuenta que todo rastro fotográfico con el que pudieran
recordarla se perdió en el tiempo, como parte del proceso restaurativo,
un experto en arte forense se sentó junto a ellos, los escuchó y les
entregó un retrato hablado con el que hoy pueden recordarla en familia.
Esta labor fue realizada con el apoyo de la DIJIN de la Policía
Nacional.
“Estamos acá gracias a la
fortaleza de ustedes. A su madre que nunca perdió el anhelo de encontrar
a su hija. Sabemos que esto puede remover tristezas y dolores,
especialmente porque la niña fue víctima de reclutamiento y luego fue
desaparecida. Eso impidió despedirla de manera digna hace 22 años",
afirmó la magistrada auxiliar Luisa Fernanda López Peña, del Caso 07,
quien acompañó a la familia. “Pero esto también puede traer un cierre a
ese ciclo de dolor. Sabemos que continúa la búsqueda de su hermana,
también reclutada", agregó.
Sus
familiares se despidieron recordándola como una niña cariñosa, juiciosa,
muy hogareña, que protegió a sus hermanos. “Ella tenía un lorito y le
gustaban mucho los animales, para nosotros los menores fue nuestra
segunda mamá", dijo su hermana menor. También evocaron su alegría y
pasión por la música. “A ella le gustaba mucho el vallenato, se peleaban
el radio con mi mamá porque ella se gastaba las pilas", recordó otra de
sus hermanas.
“La esperanza es lo
último que se pierde. Eso fue lo que nos trajo hasta aquí, la esperanza y
la fe. Mis otras hijas me decían: 'mamá, ¿qué será de la vida de mi
hermana?, ¿estará viva?, ¿estará muerta?' A pesar de que es duro, me
siento muy contenta porque ya descansó y también descansamos nosotros
porque ella quedó en una parte digna", dijo la madre.
Esta
familia cuenta con otra hija que también fue reclutada siendo niña y
que se encuentra dada por desaparecida. Sus seres queridos continúan con
su búsqueda y han renovado su fe y esperanza con la entrega digna de su
hermana. La
JEP y la
UBPD
seguirán trabajando para lograr llevar la tranquilidad a este núcleo
familiar con la identificación y entrega digna de la hija y hermana que
aún falta por volver a su hogar.
Como
parte de la entrega digna y como una forma de resaltar la búsqueda, el
equipo del Caso 07 que acompañó la diligencia, le entregó a la familia
una planta de bambú. Es un símbolo de las madres y hermanas de
víctimas de reclutamiento de niñas y niños, que representa su lucha incansable, la fuerza femenina y colectiva en la búsqueda.
Durante
años, esta planta forma raíces profundas, antes de brotar, para luego
mantenerse firme y crecer. Sus hojas se entrelazan como símbolo de
colectividad, protección de la vida y determinación. Este símbolo
representa en este caso la búsqueda que ya finalizó y la que continúa.
Esta
entrega digna se dio en el marco del Caso 07: 'Reclutamiento y
utilización de niñas y niños en el conflicto armado', específicamente,
en desarrollo de las medidas cautelares adoptadas para proteger el
cementerio de La Unión Peneya. Allí, la
JEP
y la Unidad de Búsqueda recuperaron 47 cuerpos esqueletizados que
fueron enviados al Instituto Nacional de Medicina Legal. Esta entidad
determinó que 25 corresponden a personas que murieron siendo adultos,
cuatro murieron siendo menores de 18 años y 17 murieron en un rango de
edad que podría incluir menores de 18 años.
De
los 47 cuerpos recuperados en Unión Peneya, ocho han sido entregados
dignamente a sus familias. De estos, cinco son personas reclutadas por
las
Farc-EP siendo niñas o niños, de los cuales tres murieron siendo aún menores de 18 años.
La
desaparición forzada asociada al reclutamiento y la utilización de
niñas y niños es una línea de investigación dentro del Caso 07. Se trata
de una de las conductas que la
JEP encuentra más asociadas al reclutamiento. Esto, en parte, explica por qué el 40% de las
víctimas
acreditadas en este caso corresponden a madres, padres, hermanas y
hermanos de niñas y niños reclutados y dados por desaparecidos.