​​Aunque no haya paz en el país, buscamos tener paz en nuestro interior”, dice víctima del conflicto armado de Córdoba

La historia de Yessenia Vergara empieza por el final. De la otrora mujer resentida y dolida por las acciones perpetradas en su contra por los actores del conflicto armado, poco o nada queda en la actualidad.

Como hemos venido en un proceso de participación, de trabajar en las comunidades, defendiendo derechos, hoy nos damos cuenta de que tener un resentimiento no nos va a servir para nada", comentó Vergara en un reciente viaje de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP a los municipios cordobeses de Tierralta y Montelíbano.

Ahora buscamos que se reparen esos daños (causados por guerrilleros y paramilitares y hasta por corruptos agentes del Estado), que se nos reconozca a las víctimas todo ese daño causado. Al tener rencor, nos hacemos daño nosotros mismos", agregó Vergara, una valenciana de 52 años y madre de dos hijos.

Desde niña, Vergara siempre tuvo que ver de cerca a los protagonistas de la guerra. Primero fueron las hoy pacificadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o FARC.

Los guerrilleros “llegaban a las casas, a las fincas. Nosotros fuimos víctimas de la guerrilla en nuestro corregimiento, El Reposo", añadió Vergara, quien fue la quinta hija del primer matrimonio de su padre.

En los años 80, recordó Vergara, la guerrilla secuestró a cinco jóvenes en El Reposo. Uno de ellos era su hermano, quien milagrosamente se salvó de la muerte porque en un descuidó de sus captores se lanzó a una quebrada y logró huir. Los otros cuatro muchachos no corrieron la misma suerte y fueron asesinados.

Años después, la guerrilla fue sacada literalmente de Córdoba por los paramilitares. Entonces, de acuerdo con Vergara, se desató contra la población civil de Córdoba y Urabá “un conflicto más pesado" porque esos grupos armados ilegales “tildaban a los campesinos de milicianos y de colaboradores de la guerrilla y por eso asesinaron a muchos de ellos".

Sin exagerar –anotó Vergara–, entre guerrilleros y paramilitares azotaron el municipio de Valencia. Por ejemplo, la alcaldía y la casa cural fueron quemadas y la entonces Caja Agraria también fue asaltada.

Hemos sido víctimas de desplazamiento forzado. Víctimas de amenazas. Mi hermano fue baleado y a mi papá muchas veces" le robaron los animales que tenía en su finca. “Pero hemos sido víctimas resistentes" porque “no hemos dejado nuestro territorio", enfatizó Vergara, con un dejo de nostalgia.

Pero entonces, en opinión de Vergara, esos acontecimientos tristes hacen parte del pasado. Hoy, en cambio, ese rechazo al rencor “me ha ayudado mucho para estar en la defensa de los derechos (de las personas), para el aprendizaje, y también para realzar el comportamiento de cada uno y poder llevar la vida de una forma muy diferente" porque “aunque no haya paz (en el país), buscamos tener paz en nuestro interior".

Ahora bien, para Vergara, el proceso de paz que a finales de 2016 sellaron el gobierno nacional y las ex FARC, pese a sus imperfecciones, tuvo la ventaja de haber sido muy publicitado y conocido por los colombianos, especialmente por las víctimas del conflicto.

En las zonas rurales hay mucho desconocimiento de los Derechos Humanos (y del proceso de paz) por el miedo que les da (a los campesinos) de participar. Pero ha sido un proceso más viable y amplio que el que se dio con las autodefensas", observó Vergara, quien hizo hincapié en que el Acuerdo Final ha sido generoso con los derechos de las mujeres.

Y en cuanto a la reparación que merecen las víctimas del conflicto armado, Vergara no vaciló en hacer una petición fundamental para ella, sus familiares y demás pobladores de su natal Valencia: la educación.

Ni nosotros ni los hijos de nosotros hemos tenido casi la oportunidad de estudiar una carrera (en una universidad) porque no hay la forma económica de hacerlo", expresó con vehemencia la hoy lideresa cordobesa. “Ojalá que el campesino pueda poner a su hijo a estudiar en la universidad. (La ausencia de educación superior) es causa de que los muchachos se vayan a la guerra o los recluten".

–¿Y, finalmente, qué opina de la JEP?

–Es una entidad que les permite a las víctimas contar su historia.