Giovanni Álvarez Santoyo, director de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, aplaudió la noche del domingo que una de las conmemoraciones del Día de las Víctimas se hubiera realizado en el histórico Teatro Colón de Bogotá e insistió en que el cambio del país solo es posible si las víctimas permanecen unidas.
“Que las víctimas estén en un escenario tan bello como este –en referencia al Colón–, es importante porque estamos dignificándolas como se merecen”, indicó el funcionario ante por lo menos medio centenar de víctimas que se hicieron presentes en el mismo sitio donde a finales de 2016 se firmó la paz entre el gobierno nacional y las otrora FARC.
De acuerdo con el fiscal jefe de la JEP, “así –como el Colón– deben ser los auditorios y los escenarios donde nos reunamos con las víctimas. Escenarios bellos que nos hagan pensar en cosas diferentes a las que ha vivido este país”.
La intervención del funcionario se dio minutos después de que en el mencionado teatro se presentara la obra “La Vida de las Ausencias”, o la historia de una docena de mujeres venidas del departamento del Meta y cuyos hijos y esposos fueron desaparecidos con ocasión del conflicto armado.
Al respecto, Álvarez Santoyo comentó que “hoy aprendí a tener miedo” porque “soy el director de la Unidad de Investigación y Acusación y no quisiera que, en el futuro, en una obra (de teatro) como esta, la Jurisdicción esté en una de las sillas que pusieron en el escenario”.
En efecto, en “La Vida de las Ausencias” fue retratada la aparente desidia de muchas instituciones del Estado y de sus empleados con el tema de los desaparecidos del conflicto armado.
Asimismo, el director de la Unidad de Investigación y Acusación reiteró que Colombia no tiene alternativa distinta a trabajar por la paz, pero advirtió que “para eso necesitamos unirnos como colombianos, como seres humanos, con corazón, con sentimiento, en torno a esta necesidad que tiene el país”.
Igualmente, Álvarez Santoyo recordó que cuando fue designado jefe de la Unidad de Investigación y Acusación convocó a una reunión a todas las organizaciones de víctimas y notó la distancia que había entre ellas.
Ese día, evocó, “las víctimas del Estado estaban en un lado y las víctimas de los grupos guerrilleros estaban en otro y casi no se hablaban. Hoy tengo que decir con felicidad que me llena de satisfacción saber que aquí están reunidas las víctimas de distintos sectores pensando en lo mismo: que tenemos que alcanzar la paz para este país”.
En conclusión, enfatizó, “el cambio del país solo es posible si las víctimas permanecen unidas”.
En tanto, una de las víctimas presentes en el acto, Ana Páez, cuyo hijo fue asesinado por militares corruptos hace 15 años, llamó la atención sobre la necesidad de perdonar y reconoció que su enfermedad tiene nombre propio: odio hacia los uniformados que ejecutaron extrajudicialmente a su hijo.
“¿Qué necesito de droga? Sanarme yo para poder ayudar a los demás (…) El perdón es lo único que nos va a salvar. De resto no nos va a salvar nada”, observó Páez, cuyo hijo, Eduardo Garzón Páez, hizo parte del grupo de jóvenes del municipio de Soacha que en 2008 fue asesinado por militares, en uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado de Colombia.
Por su parte, Aidé Forero, de la Fundación Color y Esperanza por Nuestros Héroes y cuyo hijo fue muerto en combate cuando prestaba el servicio militar, dijo que “el soldado no solamente es el que dispara, sino también al que le disparan”.
Por tanto, recalcó Forero, “nosotras como madres hemos trabajado en la reconciliación, en la paz y en el perdón. Hemos estado frente a los victimarios. No es nada fácil (…) Qué bueno poder unirnos con más organizaciones para que podamos trabajar todos juntos y para que las víctimas seamos más visibles”.
A su turno, Ángela María Escobar, de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales –una organización sin ánimo de lucro que reúne a varios cientos de mujeres víctimas de violencia sexual con ocasión del conflicto armado–, afirmó que la “la guerra saca lo peor de los seres humanos” porque, entre otras cosas, “en las guerras no hay ganadores, solo hay perdedores”.
En la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto –en el Teatro Colón– también intervino Danilo Rueda, Alto Comisionado para la Paz, quien centró su intervención en la necesidad de la paz total para Colombia.
“La política se deshace porque el poder único que transforma es el poder del amor. Hoy nos han vuelto a conmover –refiriéndose a las víctimas que participaron en “La Vida de las Ausencias”– y nos permitieron entender la importancia de la paz. Son ustedes el centro de la paz total”, concluyó el alto funcionario.