Excelente balance de la Unidad de Investigación y Acusación al término de la primera jornada del juicio contra el coronel (r) Mejía Gutiérrez
Con las declaraciones de tres testigos clave presentados por la Unidad de Investigación y Acusación, terminó el viernes en esta ciudad la primera etapa del juicio oral que la JEP adelanta en contra del coronel en retiro del Ejército Nacional Publio Hernán Mejía Gutiérrez, excomandante del Batallón La Popa de la capital del Cesar.
“El balance fue excelente", comentó el fiscal Samuel Serrano, quien junto a la también fiscal Luz Helena Morales llevaron la vocería de la acusación contra Mejía Gutiérrez y pidieron para él sentencia condenatoria con la máxima pena prevista en la Jurisdicción Especial para la Paz: 20 años de prisión.
Mejía Gutiérrez fue acusado en julio del año pasado por su presunta responsabilidad en los delitos de homicidio en persona protegida, tortura y desaparición forzada.
A él se le responsabiliza de haber ideado y conducido un ilegal Aparato Organizado de Poder que, entre diciembre de 2001 y noviembre de 2003, segó las vidas de 72 personas inocentes que mentirosamente fueron presentadas a las autoridades y a la opinión pública como delincuentes muertos en combates.
En la tarde del miércoles, los magistrados de la JEP escucharon la declaración del teniente coronel en retiro Heber Hernán Gómez Naranjo, quien después de Mejía Gutiérrez era el oficial de más alto rango en el Batallón La Popa.
De acuerdo con Gómez Naranjo, uno de los primeros resultados operacionales del Batallón La Popa –bajo la comandancia de Mejía Gutiérrez– fue una farsa en la que resultó asesinado un civil.
Gómez Naranjo contó que Mejía le dijo que había que reportar un combate, “pero combate no hubo", según dijo. El testigo agregó que en algún momento le advirtió a Mejía Gutiérrez que enfrentamiento nunca había habido y que decir lo contrario era una mentira
“No se preocupe", le respondió Mejía Gutiérrez a Gómez Naranjo,“que (la víctima) era un bandido".
En muchas oportunidades, reconoció Gómez Naranjo, él y otros uniformados se pusieron de acuerdo para mentir en la Justicia Penal Militar sobre la realidad de muchas operaciones militares en las que fueron asesinados civiles.
Siempre había que decir que los resultados eran el producto de combates, indicó Gómez Naranjo, quien a renglón seguido le puso nombre propio al superior que les ordenaba mentir a sus subalternos: el coronel Mejía Gutiérrez.
El jueves, el turno fue para el capitán en retiro Nelson Javier Llanos, quien reveló que en cierta oportunidad –luego de un inexistente operativo militar en el que murieron civiles– le comentó a Mejía Gutiérrez que él consideraba inconveniente inventar que había habido un enfrentamiento.
“Hermano: eran bandidos y tenían que morirse, ¿listo?", le respondió Mejía, con tono autoritario, a sus subordinado Llanos.
En agosto de 2021 –agregó Llanos Quiñones– hubo un hombre asesinado y él mintió de nuevo en documentos con el argumento de que había muerto en un enfrentamiento “como un bandolero dado de baja".
En realidad, explicó en la audiencia el fiscal Serrano, se trataba del ciudadano Saulo José Posada, quien fue víctima de una ejecución extrajudicial por parte de corruptos integrantes del Batallón La Popa.
En el último día de la audiencia pública, la Unidad de Investigación y Acusación presentó al último de sus testigos. Se trató del suboficial Manuel Valentín Padilla, quien era experto en labores de inteligencia y trabajaba bajo órdenes de Mejía Gutiérrez.
De acuerdo con el testigo Padilla, en varias oportunidades los paramilitares lo buscaron para decirle que le informara al coronel Mejía que le iban a dar positivos, es decir, que le iban a entregar personas muertas para que el Batallón La Popa los hiciera pasar falsamente como delincuentes muertos en combate.
En al menos dos oportunidades Padilla le comentó a Mejía de los mensajes de los paramilitares, al mando de alias “39".
“Me dijo que él ya estaba al tanto de eso, que estuviera pendiente", narró Padilla.
En ambas oportunidades, según Padilla, llegaron los hombres del Batallón La Popa y simularon enfrentamientos con ilegales.
“Cuando llegó la tropa al sector, empezó a haber disparos, como si fuera una operación, pero en ningún momento los soldados dieron muerte a esas personas (…) Se montó como un simulacro, una falsa operación. No hubo combate. Esas personas ya estaban muertas", enfatizó Padilla.
En las dos veces, los hombres del Batallón La Popa recogieron ocho cadáveres de igual número de civiles que habían sido asesinados por paramilitares.
Al finalizar en la jornada la primera parte del juicio contra Mejía Gutiérrez, Armando Pumarejo dijo estar satisfecho con el desarrollo de las audiencias porque “estamos escuchando a los actores de todas estas masacres, de todos estos asesinatos".
Armando Pumarejo es el padre de Carlos Alberto Pumarejo, quien fue asesinado a mediados de 2002 dentro del Batallón La Popa.
“Nosotros no habíamos tenido ni siquiera pistas de lo pasó, porque fueron procesos que se llevaron a espaldas de nosotros. Ahora se está sabiendo la verdad verdadera de lo que pasó", agregó Pumarejo padre, con la voz entrecortada, al Grupo de Relacionamiento y Comunicaciones de la Unidad de Investigación y Acusación.
“Los testimonios (de los testigos) han sido crudos y esperamos más", recalcó Pumarejo.
El miércoles pasado, cuando se inició el juicio contra Mejía Gutiérrez, el director de la Unidad de Investigación y Acusación, Giovanni Álvarez Santoyo, le dijo a la prensa que los fiscales e investigadores “han adelantado una investigación seria, rigurosa, cuidadosa y técnicamente desarrollada que nos permitió presentar no solo la acusación, sino sustentar la solicitud de una sentencia condenatoria".
El juicio contra Mejía Gutiérrez se reanudará el próximo 17 de octubre en las instalaciones de la Jurisdicción Especial para la Paz, en el norte de Bogotá.