​​​JEP hizo entrega digna de restos óseos de miembro de comunidad indígena de Riosucio, Caldas 

Durante más de 18 años, Esperanza Tapasco buscó sin suerte por cielo y tierra a su hijo Leonardo Flórez.

De hecho, para los integrantes del Resguardo Colonial Cañamomo Lomaprieta del municipio caldense de Riosucio ella se convirtió en una especie de buscadora.

Si yo llegó a faltar", les decía Esperanza Tapasco constantemente a sus hijas, “no vayan a parar la búsqueda" de su hijo, quien para la época de la desaparición tenía 18 años.

Sin embargo, hace dos años el COVID-19 le ganó la partida a Esperanza Tapasco y por eso no pudo escuchar la noticia que a finales de marzo pasado provino del Grupo de Apoyo Técnico Forense, GATEF, de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP: que los restos óseos de su adorado hijo fueron encontrados en el cementerio El Carmen de Riosucio.

Por una solicitud del Cabildo Indígena San Lorenzo, en asocio con el Movice, Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, es muy satisfactorio para nosotros que, después de varios años de haber abierto este proceso, estemos entregando dignamente a la familia y a la comunidad" los restos óseos de Leonardo Flórez, indicó el martes, en un sentido acto, María del Pilar Valencia, magistrada de la JEP.

La familia Flórez Tapasco, agregó la funcionaria judicial, “hace parte de unas comunidades que han sufrido las inclemencias y la injusticia de esta violencia que nunca ha debido existir".

La familia Flórez Tapasco, añadió la magistrada Valencia, “sigue siendo buscadora porque infortunadamente otro de sus miembros todavía está por aparecer".

Desde muy temprano, decenas de indígenas Embera se dieron cita en el Resguardo Colonial Cañamomo Lomaprieta para acompañar a la familia de Leonardo Flórez y de Esperanza Tapasco.

El día empezó con un ritual de armonización que estuvo a cargo del médico tradicional Óscar Aníbal Largo.

Poco después tomó la palabra Luisa Flórez, hermana de Leonardo Flórez. Ella, con la voz entrecortada, dijo que su familia estaba viviendo “un momento duro que nos llena de sentimientos encontrados a todos" porque “hoy, después de 20 largos años, se terminan esos días de intranquilidad y de zozobra en los que, como familia, solo anhelábamos este día".

De acuerdo con Luisa Flórez, su hermano fue un hombre que solo produjo amor “y que nos dejó las mejores y más bonitas enseñanzas (…) Tal vez no sea el día más feliz, pero hoy por fin le vamos a dar cristiana sepultura, como te lo merecías".

También, en la intervención de Luisa Flórez, hubo un espacio para su madre porque, “hoy, 18 de julio, está cumpliendo dos años de haber fallecido. Se me arruga el corazón de saber que ella no está con nosotros esperando este momento".

Un par de horas después de que terminó el ritual de armonización, los restos óseos de Leonardo Flórez recorrieron las principales calles de Riosucio en compañía –entre otros– de decenas de miembros de la comunidad Embera, de amigos y de servidores de la Jurisdicción Especial para la Paz, de la alcaldía municipal y de la Gobernación de Caldas.

Ya en el cementerio El Carmen, el padre de Leonardo Flórez, tras destacar la labor de la JEP, recalcó que con el sepelio del martes “se cierra un círculo muy maluco y es uno tener un hijo y no saber dónde está. Eso lo entristece mucho a uno (…) Si no hubiera sido por la JEP, seguro nuestro hijo estaría sin identificar".

Acto seguido, la palabra la tomó la menor de las Flórez Tapasco. Ella recordó que, aunque tenía tres años cuando Leonardo desapareció, “crecí sabiendo que teníamos un hermano al que no podíamos darle una sepultura". En todo caso, enfatizó, “aquí la heroína es nuestra madre" porque nunca desfalleció en el objetivo de saber de su hijo.

En tanto, para William Hernández, fiscal territorial de la Unidad de Investigación y Acusación en Antioquia y el Eje Cafetero, Esperanza Tapasco “les dejó un legado a sus hijas y ellas honraron la memoria de su mamá y siguieron con la búsqueda de su hermano".

La entrega de los restos óseos de Leonardo Flórez, de acuerdo con el fiscal Hernández, “para nosotros ha sido un verdadero privilegio", entre otras cosas, porque “es la primera entrega digna en la que la Unidad de Investigación y Acusación participa directamente".

Al decir del fiscal territorial, el acto del martes representó para él “esperanza más que cualquier otra cosa (…) Esto que estamos haciendo, lo ideal sería hacerlo con todas las familias (que tienen desaparecidos y) a las que esperamos entregarles los cuerpos" de sus allegados.

Cuando en la comunidad suceden acontecimientos como los de la familia Flórez Tapasco, la armonía se confunde", comentó el médico tradicional Óscar Aníbal Largo al Grupo de Relacionamiento y Comunicaciones de la Unidad de Investigación y Acusación.

Entonces –agregó el médico tradicional– los muchachos se aburren en la comunidad y se van para las grandes ciudades y hasta se cambian los nombres".

El último en intervenir en el cementerio El Carmen fue el sacerdote católico Querubín Vinasco.

Dichosos los que trabajan por la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios (…) La JEP trabaja por la paz", sentenció.​