​​​“La paz la tenemos que hacer todos y ahí tenemos que estar víctimas y victimarios": sobreviviente de la persecución al partido de los Turbay Cote​

El 29 de diciembre de 2000, guerrilleros de la columna móvil Teófilo Forero y de los frentes 14 y 15 de las otrora FARC se unieron en un plan macabro para masacrar a la reconocida familia política Turbay Cote.

En el sitio La Gallera del municipio de Puerto Rico, Caquetá, junto a la matrona Inés Cote de Turbay, fueron asesinados su hijo congresista Diego Turbay Cote y sus amigos y empleados Jaime Peña Cabrera, Dagoberto Samboní Uni, Rafael Ocasiones Llanos, Edwin Amir Alarcón Angarita y Hamil Bejarano Martínez.

Ese mismo día, 29 de diciembre de 2000, Eduardo Ocasiones Llanos –hermano de Rafael Ocasiones– se encontró temprano en Florencia, la capital del Caquetá, con el representante a la Cámara Diego Turbay Cote.

Hablaron de muchas de cosas. Por ejemplo, de las posesiones de alcaldes, asambleístas y concejales que estaban programadas en todo el país para el primero de enero siguiente.

En algún momento de la conversación, Diego Turbay invitó a Eduardo Ocasiones a la posesión del alcalde de Puerto Rico. Ocasiones le agradeció en el alma la propuesta a su jefe político, pero le explicó que tenía pendientes otras reuniones en Florencia.

Fue la última vez que se vieron.

Entonces me voy a una reunión al Concejo (de Florencia), salgo de la reunión, me voy a hablar con un amigo y alguien me dice que secuestraron a Diego Turbay", evocó Eduardo Ocasiones en entrevista con el Grupo de Relacionamiento y Comunicaciones de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP.

Paralizado por la noticia, Eduardo Ocasiones recordó que horas antes Diego Tubay lo había invitado a Puerto Rico.

A pesar de que el parlamentario le había dicho que iba a viajar con un robusto esquema de seguridad, Ocasiones le había advertido que en Puerto Rico la guerrilla pululaba.

Me salvé de milagro", concluyó en su interior Eduardo Ocasiones, quien casi 23 años después de la matanza de La Gallera no se resigna a aceptar la muerte de sus jefes Inés Cote y Diego Turbay y de su hermano Rafael, que era el conductor de los Turbay Cote.​

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Lo que pasó con la familia Turbay Cote es conocido por todo el mundo. Cinco años antes del asesinato de Inés Cote y Diego Turbay, las mismas FARC habían secuestrado a Rodrigo Turbay Cote en zona rural del municipio de El Paujil, también en Caquetá.

Tras permanecer en cautiverio durante casi dos años, el cadáver de Rodrigo Turbay fue hallado en el río Caguán.

Entonces la saga de los Turbay Cote quedó reducida a una sola sobreviviente –Constanza Turbay Cote– y la vida de los Ocasiones continuó en medio de zozobras y amenazas.

Por ejemplo, la esposa y los hijos de Rafael Ocasiones no tuvieron un día en paz después de la masacre de La Gallera. Rápidamente, para salvar sus vidas, se fueron para Canadá.

En tanto, en enero de 2001, Eduardo Ocasiones se posesionó como concejal de Florencia por el partido político de los Turbay Cote. En ese momento, seguramente, él creyó que la violencia era solo contra los Turbay Cote.

Estaba completamente equivocado.

A principios de 2001, las FARC empezaron a amenazar a casi todos los concejales de Florencia. Entonces muchos de ellos –como Eduardo Ocasiones– se vinieron a sesionar a Bogotá.

Después de unos meses en la capital de la República, los cabildantes regresaron a Florencia y alias “el Mocho", uno de los jefes de la columna Teófilo Forero de la FARC, empezó a citarlos a su campamento. Eduardo Ocasiones asistió a una sola citación e hizo oídos sordos a las demás.

Dos años después vendría lo peor.

Mi esposa, que es comunicadora social, estaba reclamando un premio. Después del premio, nos sentamos en el patio de la Casa Cultural de Florencia a conversar con dos diputados liberales. De pronto sonó un disparo. Yo me toqué el mentón y sentí sangre.

Nos están disparando', dije. Los dos diputados quedaron heridos. A la diputada que estaba conmigo le partieron las dos piernas. Al otro diputado le partieron una pierna y a mi esposa le pegaron dos tiros en una pierna.

Yo logré meterme detrás de un palo de mango. Me dispararon varias veces. Los tiros pegaron en el palo. Los hombres me disparaban desde unos 30 metros, desde la calle. Ellos acabaron toda la munición y se volaron. Un perro empezó a seguirlos y a seguirlos. Llegó la Policía y gracias al perro los capturaron. Ellos declararon que eran guerrilleros de las FARC".

Era el 9 de diciembre 2002.

Unos tres o cuatro meses después, Eduardo Ocasiones y su familia abandonaron el país y llegaron a un poblado cerca de Montreal, en Canadá.

Desde entonces Eduardo Ocasiones, hoy de 65 años, se dedica a labores agrícolas.

—¿Cómo es llegar a Canadá? Dicen que eso es muy duro.

—Es bastante duro. Nosotros casi nos devolvemos. No es fácil usted ser concejal y periodista y terminar trabajando en el campo. Y, sobre todo, comenzar de cero. Lo que nos dieron allá, todo era de segunda. La estufa, los muebles. No teníamos casi ropa. El idioma y la comida diferentes también fue duro.

—¿Eso cuánto duró?

—Unos dos años. Después echamos para adelante. Nos pusimos a trabajar en todo.

—¿Ustedes se desligaron del todo de Colombia?

—En realidad no. Yo he seguido vinculado con mis amigos. A veces vengo y apoyo a mis amigos en la política. A mi familia le gusta mucho la política. Ahora quiero trabajar en convenios con gente entre Canadá y Colombia.

—¿Cómo ve la Colombia de ahora?

—La veo en un proceso bueno. La situación económica la veo dura, pero hay algo muy bueno y es que hay que trabajar por la paz (…) La paz no la puede hacer un solo movimiento. La paz la tenemos que hacer todos y ahí tenemos que estar víctimas y victimarios. Necesitamos gente que una y no que desuna.

—¿A ustedes los han tratado bien como víctimas?

—A veces nos hemos sentido defraudados como víctimas de la guerrilla. No hemos sentido mucho el apoyo del Estado en la reparación.

—¿Qué les pide a las FARC?

—Que nos explique las circunstancias por las cuales murieron nuestros familiares.

—Fue un exterminio de todo lo que estuviera cerca de la familia Turbay Cote. ¿Cierto?

—Fue algo sistemático (...) La persecución fue contra todo el partido. Eso lo tiene claro la JEP.

—¿Volvió a tener contacto con Constanza Turbay Cote?

—Como se fue del país, hemos perdido mucho contacto con ella. Es entendible. Lo que le pasó a ella es muy duro: quedó sola en el mundo, perdió a todos sus seres queridos. Ella es una persona muy querida. Me gustaría algún día volvérmela a encontrar.

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El 29 de mayo pasado, la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP acusó al excongresista Luis Fernando Almario Rojas por el crimen de lesa humanidad de persecución por los asesinatos, secuestros y desplazamientos de los que fueron víctimas –por motivos políticos– 30 líderes, simpatizantes y colaboradores del grupo turbayista del Caquetá.

Dos de las víctimas fueron los hermanos Rafael y Eduardo Ocasiones Llanos.

De acuerdo con la Fiscalía de la JEP, al parecer Almario Rojas –en calidad de coautor– y algunos integrantes de las FARC diseñaron y ejecutaron un plan para atacar a los integrantes del turbayismo con el fin de desplazarlos de la arena política del Caquetá y así asumir el control político de dicho departamento.