​​​“Para mí la libertad en estos momentos es poder levantarme tranquila", dice excombatiente víctima de reclutamiento forzado

Tal vez la mayor preocupación que tiene sobre su futuro la excombatiente Jennyfer Natalia Torres es el rechazo de la sociedad.

Ella fue reclutada por la hoy pacificada guerrilla de las FARC en el departamento de Valle del Cauca. Tenía 12 años.

Después de su fuga de las filas guerrilleras, en 2007, “he sentido persecución, pero más que todo por parte de la sociedad y por parte de las personas que conocen la historia de uno y se dedican como a señalar", indicó Torres, de 30 años.

Como que siempre te están persiguiendo y diciendo 'esos son desmovilizados', como que nos hacen sentir que no tenemos derecho a tener las mismas oportunidades en educación y salud que tiene la sociedad que se cree normal", explicó Torres el sábado durante un taller en Bogotá organizado por la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP con una veintena de víctimas de reclutamiento forzado.

Quise estudiar enfermería con el SENA y no lo pude hacer porque me exigieron pruebas del ICFES", agregó Torres, con tono de tristeza, pero con la convicción de que en su vida hay una palabra fundamental desde que dejó las armas: libertad.

En su concepto, “para mí la libertad en estos momentos es poder levantarme tranquila, mirar a mi alrededor y ver que tengo una familia conformada, que le puedo dar gracias a Dios, y que ya no tengo temor de que me van a atacar a bala y que tengo que salir corriendo".

Para Torres, asimismo, es sinónimo de libertad “poder abrazar a mis hijos, poder llevarlos al colegio, poder regañarlos, poder tener esa familia que uno allá (en la selva) nunca pensó tener".

En esos sueños de libertad de Torres también está el futuro de sus dos hijos. Uno quiere ser cabo del Ejército y el otro arquitecto.

Quiero que lleguen lejos y que vuelen alto", enfatizó.

Como alto voló Ana Pacheco después de que se escapó de la guerrilla. Ella había sido reclutada, también por las FARC, en el sur del país. De eso hace ya 20 años.

En cuestión de poco tiempo, Pacheco terminó siendo portada de la revista Soho, imagen de una importante marca de cosméticos y participante del reality “Bailando con las estrellas" junto a celebridades como Daniela Ospina, Natalia París, Galy Galiano y Flora Martínez.

Fue un sueño cumplido", dijo Pacheco, quien no esconde su emoción cuanto cuenta que su hija de 15 años canta como los dioses 'El sonido del silencio'.

Todo lo que me ha sucedido se llama libertad", recalcó.

Una libertad que también está en la mente de otro excombatiente que fue reclutado en 2002 por un grupo al margen de la ley cuando tenía escasos 12 años.

Hay distintas libertades. Después de salir de un grupo armado tenemos la libertad, por ejemplo, de escoger una comida. Yo ahora puedo comerme un pescado o una carne. En el monte hasta la comida nos la imponían", opinó el hombre de 32 años y quien exigió el anonimato por razones de seguridad.

****​

El taller del viernes y sábado fue encabezado por Pilar Rueda, asesora del Director de la Unidad de Investigación y Acusación en temas de Género y Víctimas.

De acuerdo con Rueda, de los relatos de las víctimas de reclutamiento forzado “sale el abandono como una emoción muy fuerte: el abandono de la familia, el abandono del grupo (al margen de la ley que las reclutó). Muchos por ejemplo que perdieron una pierna o que quedaron con una discapacidad sabían que el grupo los iba a sacar, que era un abandono".

Pero, más grave aún, al decir de Rueda, es el abandono del Estado con los excombatientes, “que es un tema gravísimo porque eso muestra también las dificultades que tienen para reincorporarse, relacionarse y reconstruir sus vidas".

Entonces –agregó– los excombatientes, muchos de ellos víctimas de reclutamiento forzado, tras su intento de reincorporación, “tienen que seguir escondidos y clandestinos porque siguen siendo perseguidos por otros grupos, perseguidos por la institucionalidad y perseguidos por la sociedad".

En síntesis, para Rueda, “no se puede construir la paz negándoles un lugar a los que han estado en la guerra".

El taller de la Unidad de Investigación y Acusación contó con la presencia y el apoyo de la maestra Doris Salcedo, una defensora incondicional de las víctimas del conflicto armado, especialmente las de violencia sexual y las de reclutamiento forzado.​